Con la construcción del metro se prevén cambios urbanísticos, de salud, ambientales, de competitividad y por supuesto, de movilidad. Sin embargo, las proyecciones del impacto en la ciudad están medidas a largo plazo.

Algunos aspectos que mejorarían con su llegada, sería la disminución en la accidentalidad y los tiempos de viaje, pues la velocidad del metro en Bogotá será de 43 kilómetros por hora debido a que la distancia entre estaciones es de 1400 metros, mientras que la de TransMilenio es de 500 metros entre paradas.

“El hecho de que vaya TransMilenio y el metro ambos en la caracas no solamente le da mucha más capacidad al sistema sino que hace posible que las estaciones del metro estén más distanciadas entre sí y que el metro, por esta razón vaya a ser uno de los metros que tenga una mayor velocidad comercial a nivel internacional porque sus estaciones están más distanciadas entre sí”, añade el alcalde Enrique Peñalosa.

A esto se añade la calidad de vida de los ciudadanos, pues la carga máxima del metro será de 72.000 pasajeros hora sentido, además en las 15 estaciones podrá recibir 500.000 usuarios adicionales a los que hoy usan el transporte masivo.

Para expertos, si se diseña un sistema de metro que tenga en cuenta el crecimiento de la ciudad y los sitios más concurridos, el beneficio económico y social será aún más representativo.

En aspectos generales, la baja accidentalidad, los tiempos de viaje, la cantidad de pasajeros por hora y la tarifa asequible serán los beneficios que traerá este transporte tan esperado por los bogotanos. Sin duda, el metro jugará un papel vital en este sistema, convirtiéndose en la columna vertebral de la movilidad de la ciudad.

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