Saltar, cantar, gritar, llorar, esa es la esencia misma del fútbol, un deporte que dejó de ser solo goles para convertirse en un espectáculo que transmite alegría de la cancha a la tribuna y la tribuna a la cancha.

“La mayor y gran parte es esa camaradería que se genera entre los mismos integrantes de la hinchada o de los diferentes grupos, son unas adrenalinas incomparables yo le puedo decir a las personas que quien no haya tenido la oportunidad de ir a una tribuna popular, cantar y saltar un coro al mismo tiempo que 5.000 personas y que no viva esa adrenalina de hacer una avalancha después de hacer un gol es como si hubiera muerto virgen”, asegura Diego Karachas Rodríguez, hincha de Santa Fe.

Sin embargo, cuando el fanatismo se desborda y se deja a un lado la tolerancia y el respeto hacia los demás se le da paso al camino de la violencia, el cual deja riñas, agresiones en incluso, en muchos casos, la pérdida de la vida.

Estudios sobre el fenómeno barra brava en Colombia coinciden en que su inició se dio a finales de la década de 1980, paradójicamente una época en la que dinero ilícitos del narco se apoderaba del fútbol. El espectáculo aumentó, pero también la violencia.
“Son barras brutos, hay delincuentes asesinos, microtráficantes y con ellos no hay que tener tolerancia”, añade Gabriel Meluk, editor de deportes de EL TIEMPO.

Los estudios y las investigaciones a las barras bravas en Colombia confirman que en ellas hay enquistados criminales y vándalos, pero también se destaca el poder del barrismo espectáculo, el que no sobrepase los límites de la pasión.

En Bogotá hay 7 barras bravas reconocidas; Millonarios con las barras ‘Comando izquierda’, ‘Comando derecha’ y ‘Blue rain’; Santa Fe con ‘La guardia Albiroja sur’; Atlético Nacional con ‘Los del sur’ y ‘Nación vergolada’; y América con la barra ‘Disturbio rojo Bogotá’, cada una tiene entre 50 y 70 subgrupos, sin contar las barras tradicionales.

“Allá uno comprende las dinámicas de cada sector, y cada sector es una organización diferente, los que se ubican en la derecha es una organización y nosotros, que estamos en la izquierda, somos otra organización, pero aunque manejemos diferentes dinámicas todo siempre es en pro de Millonarios”, aseguró Luis Miguel Guzmán Vidal, hincha de los ‘Comandos azules izquierda’.

Sin embargo, expertos advierten que además de la violencia que las barras bravas han llevado a la tribuna hay otro peligro creciente: su desmedida influencia al interior de algunos equipos y en el negocio de la boletería.

La salida a la violencia producto de las barras bravas requiere una mirada integral, cuyo modelo está probado con éxito en países como Inglaterra. Además, se requiere legislación y autoridad, pero también entender que las barras bravas no son una creación del fútbol sino el reflejo de fenómenos socioculturales e incluso económicos de cada país.

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