Una auditoria hecha por la Contraloría de Bogotá determinó que la obra del interceptor Tunjuelo-Canoas es un ‘elefante blanco’ para la ciudad, pues luego de una visita de control fiscal que fue adelantada se concluyó que la gestión del contrato suscrito entre el consorcio Canoas y el Acueducto de Bogotá no cumplen con los principios evaluados de eficiencia y eficacia.

También se evidenciaron cinco hallazgos administrativos con incidencia fiscal, por más de 280.000 millones de pesos.

Uno de los hallazgos plantea el incumplimiento contractual del contrato obra llave en mano con presunta incidencia fiscal por el pago de $ 242.721.998.815 relacionados con el incumplimiento contractual del contrato de obra No. 1-01-25500-1115-2009.

Cabe recordar que el interceptor es producto del cumplimiento de una sentencia del Tribunal Administrativo de Cundinamarca que ordenó descontaminar el río Bogotá.

La Contraloría en su informe solicita al Acueducto de Bogotá presentar un plan  de mejoramiento para evitar que aumente la suma del posible detrimento patrimonial de la obra catalogada por la entidad de vigilancia y control como un  “elefante blanco”, que no cumple ningún servicio a la sociedad y que para ser terminada se requiere de nuevas y cuantiosas inversiones en detrimento del erario distrital.

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