Foto: Andrés Rivera / Canal Capital

Miles de víctimas del conflicto armado de más de cinco décadas en Colombia buscarán el viernes bendiciones y consuelo en el Papa Francisco durante su visita a esta ciudad, uno de los epicentros de la violencia que castigó al país por medio siglo.

El Sumo Pontífice tuvo una multitudinaria acogida en Colombia, una nación mayoritariamente católica, a la que trajo un mensaje de paz y unidad en busca sanar cicatrices de una guerra interna que ha dejado 220.000 muertos.

En la ciudad de Villavicencio, unos 70 kilómetros al sureste de la capital Bogotá, Francisco celebrará una reunión de oración con 6.000 sobrevivientes del violento conflicto que ha provocado profundas heridas en millones de personas por los secuestros, masacres y violaciones.

También bendecirá la Cruz de la Reconciliación, un monumento blanco en homenaje a las víctimas.

"Es mucho tiempo pasado en el odio y la venganza. La soledad de estar siempre enfrentados ya se cuenta por décadas y huele a cien años, no queremos que cualquier tipo de violencia restrinja o anule ni una vida más", dijo el jueves el líder de los 1.200 millones de católicos en el mundo.

El Sumo Pontífice había aplazado su visita a Colombia hasta que se lograra un pacto de paz entre el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ahora convertidas en un partido político.

Desde 1964, los colombianos han sufrido un conflicto entre rebeldes izquierdistas y las fuerzas gubernamentales. La confrontación, a la que se sumaron los paramilitares de extrema derecha años más tarde, se extendió por selvas, montañas y tocó pueblos y ciudades, dejando una estela de dolor y muerte.

"Voy a estar a las 3 de la mañana para hacer cola, es tan emotivo, solo verlo en la televisión me hace llorar", dijo Francis Álvarez, una ama de casa de 59 años que espera asistir a la Eucaristía en Villavicencio. "Consolidará la paz en esta región, que ha sido tan olvidada".

El Cristo sin brazos ni piernas

El pontífice quiere que su mensaje de reconciliación resuene entre las víctimas e invitó a los obispos a ayudar a difundirlo.

"Ustedes no son técnicos ni políticos, son pastores", les dijo el jueves Francisco a los obispos colombianos.

Los colombianos están profundamente divididos en torno al acuerdo de paz, mientras se preparan para recibir en la sociedad a 7.000 exmiembros de las FARC y a superar odios de la guerra.

Muchos están molestos porque los líderes de las FARC eludirán la cárcel y podrán recibir bancas en el Congreso como miembros de un partido político.

En Villavicencio, capital del departamento del Meta, una zona ganadera y agrícola golpeada por la violencia, Francisco bendecirá el Cristo de Bojayá, una imagen destruida en el 2002 en un bombardeo de las FARC a un pueblo del departamento de Chocó en el que murieron unas 80 personas.

La figura de yeso, sin brazos ni piernas, se ha convertido en un símbolo icónico del conflicto en la nación sudamericana.

El perdón de la sociedad es clave para que Colombia tenga una paz estable y pueda pasar esa oscura página de la historia.

El Sumo Pontífice, de 80 años, también beatificará durante su visita a Villavicencio al sacerdote Pedro María Ramírez, asesinado en 1948 en medio de la violencia política, y al obispo Jesús Emilio Jaramillo, ejecutado por la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Los dos religiosos son considerados "mártires" de la Iglesia Católica por razones de fe.

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