Aunque la Alcaldía de Bogotá es respetuosa de la ley y acata la decisión de suspender provisionalmente el proceso contractual para la adecuación del parque San Rafael, volcará todos sus esfuerzos para defender el derecho de la ciudadanía a disfrutar de este espacio natural.
Es por ello que la administración de Enrique Peñalosa hará uso de los recursos jurídicos necesarios para darle vida a este proyecto que busca adoptar un nuevo lugar para el disfrute de todos los ciudadanos sin que se ponga en riesgo el agua o los espacios verdes.
“Esta decisión paraliza un proyecto integral para la ciudadanía que cuenta con viabilidad ambiental, diseños, presupuesto y con los terrenos para su desarrollo. Adelantado con rigor técnico, jurídico y financiero, la licitación estaba abierta y adportas de recibir las ofertas para poder hacer la evaluación, adjudicación y el inicio del proyecto”, destacó el secretario General, Raúl Buitrago.
El secretario, además, aclaró que el desarrollo de este proyecto no pone en riesgo el suministro de agua que abastece a la ciudad, asimismo Lady Johanna Ospina, gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado, destacó que con este proyecto la reserva ganará más de 62 mil árboles nuevos, lo cual enriquece la naturaleza.
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“La Empresa de Acueducto y Alcantarillado cuenta con todas las capacidades, recursos técnicos, financieros y humanos para garantizar que la potabilidad del agua no esté en riesgo, todo lo contrario, el fallo judicial en el alcance que propone podría estar suspendiendo la ampliación de la planta Wiesner, los nuevos filtros que estamos instalado para garantizar la potabilidad del agua para los próximos años en Bogotá”, señaló el funcionario.
Por su parte, Lady Johanna Ospina señaló que el parque contará con un área verde de 1.200 hectáreas, de las cuales 51 hectáreas serán para servicios del visitante, pero solo el 4 % de estas 51 hectáreas serán intervenidas.
¿Por qué se debe construir el parque San Rafael?
Este proyecto resolvería una deuda histórica que tiene la ciudad con el municipio de La Calera, compromiso que se debía realizar hace más de 20 años. Igualmente, esta obra hace parte de la compensación que la Administración Distrital se comprometió a realizar en el municipio vecino y que la autoridad ambiental determinó como una obligación para la construcción del embalse en el año 1992.
La Alcaldía de Bogotá también aclaró que “el embalse San Rafael es una reserva de agua artificial, que hace parte del sistema de abastecimiento Chingaza, para ser utilizada en casos de emergencia y contingencia, el cual siempre debe surtir un proceso de potabilización posterior en la planta Francisco Wiesner antes de llegar a los hogares bogotanos. El agua del embalse es cruda y proviene del río Teusacá y de los ríos Guatiquía, Chuza y la quebrada Leticia”, compartió la entidad en un comunicado.
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