Álvaro Torres, era economista, tenía 52 años y llevaba más de media vida trabajando en el Banco de la República.

"Era una persona excepcional, no solamente como profesional en las labores técnicas que desarrollaba, sino como persona. Fue siempre un colaborador muy comprometido con las labores que tenía a cargo y con una muy buena actitud hacía los compromisos que asumía", aseguró Néstor Plazas, compañero.

Su trabajo lo ejercía en la sede principal del emisor y su jornada laboral se extendía hasta el final de la tarde, de allí partía a su casa para compartir con su familia.

La tarde del pasado jueves 9 de agosto, Álvaro Torres terminó su jornada laboral en el Banco de la República, ubicado en el centro de Bogotá. Él se dirigía a su casa, en la localidad de Usaquén, pero lamentablemente terminó tomando una ruta que lo llevó a la muerte.

Ese día Bogotá vivía dos situaciones que complicaban el tráfico. Se desarrollaba la ciclovía nocturna con motivo del Festival de Verano y los estudiantes de la Universidad Distrital realizaban protestas que mantenían cerrada la avenida Circunvalar.

Estas situaciones llevaron a Álvaro Torres a recurrir a una aplicación de navegación para que le indicara cómo salir en su vehículo del centro de la capital y llegar hasta su casa.

La plataforma le indicó a Álvaro una ruta que primero cruzaba por calles del tradicional barrio La Candelaria y luego tomaba la avenida Circunvalar hacia el norte, pero esta vía estaba colapsada por cuenta los desordenes en la Universidad Distrital, razón por la que la aplicación marcó un desvió por el barrio La Paz, ubicado en las faldas del cerro de Monserrate.

El economista desconocía este sector y aparentemente por un fallo en los mapas del GPS terminó en una calle cerrada. Torres tampoco sabía de los problemas de seguridad en la zona y nunca imaginó que en esa calle unos delincuentes acabarían con su vida.

"Inicialmente se hablaba de un aparente hurto a esta persona, sin embargo, pues en el transcurso de la investigación, no descartamos ninguna posibilidad (...) ya estamos trabajando arduamente", dijo en su momento el coronel Javier Martín Gámez, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Bogotá.

Según testigos a Álvaro lo abordó un grupo de jóvenes armados, al parecer, la víctima se opuso al robo desde el interior de su vehículo y fue ahí cuando uno de los asaltantes le disparó en el cuello, sobre las 5:00 p. m., a plena luz del día.

Luego de que la Policía acudiera al lugar, Torres Murcia fue trasladado al hospital de La Samaritana a donde llegó sin signos vitales.

La historia del asesinato del funcionario del Banco de la República, además de causar un profundo dolor entre sus familiares y amigos, causó indignación en la ciudad.

Sus compañeros a quien describían como un hombre ejemplar y dedicado al trabajo, le rindieron un homenaje en el parque Santander, contiguo al edificio donde laboró por cerca de 28 años.

Enrique Peñalosa, alcalde Mayor de Bogotá, además de lamentar el asesinato, se comprometió a dar con los responsables del crimen.

"A mí me duele mucho que asesinen a cualquier ciudadano y me preocupa, por supuesto, el asesinato de este funcionario del Banco de la República. Estoy convencido que vamos a encontrar a los responsables, todavía no es clara la causa de este homicidio", manifestó el alcalde.

En el lugar donde sucedieron los hechos los problemas de inseguridad son innegables e históricos, a pesar de estar ubicado muy cerca de lugares emblemáticos como la Plaza de Bolívar, La Candelaria, el cerro de Monserrate o el Centro Internacional y de prestigiosas universidades, el barrio La Paz ha sido por décadas una de las zonas peligrosas de la ciudad.

Andrés Nieto, experto en temas de seguridad, describió esta zona como uno de los sectores con tradición de crimen en Bogotá.

"(...) hay que ver que son barrios que desde los 30 o 40 hay una asentación que no es oficial, que luego se legalizaron de alguna forma y que terminan en diferentes estructuras que son complejas en temas de seguridad", reseñó Nieto.

Tras el crimen de Álvaro Torres, la Policía desplegó un operativo para dar con los responsables, operativo que se enfocó principalmente en el barrio La Paz, lugar en el que, según las autoridades, se escondía la banda que asesinó al funcionario del Banco de la República.

El primero en caer, apenas dos días después de los hechos, fue John Anderson Medina Camacho, un joven señalado por un testigo y por las autoridades de ser quien accionó el arma.

"Es una persona que sobre los 23 años ya tiene una serie de anotaciones que van desde la tentativa de homicidio, pasando por hurto, por tráfico, porte de estupefacientes, porte de armas de fuego y termina en un hecho tan lamentable como es el que sucedió en el cual pierde la vida un ciudadano súper valioso para la sociedad y no solamente para su familia y para todo el conglomerado", indicó el general Hoover Penilla, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá.

Una semana más tarde fueron capturados otros señalados de participar en el asalto. La Policía ingresó a La Paz con acompañamiento del helicóptero Halcón que desde el aire registró las detenciones.

En la audiencia contra John Anderson Medina, la Fiscalía reveló el relato de un testigo que también se movilizaba en un carro y al igual que Álvaro Torres, intentaba esquivar el tráfico.

Según esta persona, unos ocho jóvenes aparecieron en la calle y se acercaron a los vehículos que buscaban una ruta diferente. Armados con piedras grandes y con tres armas de fuego, estas personas se fueron contra el carro del economista. Pese a que el testigo aseguró que John Anderson Medina fue quien disparó, el joven de 23 años no aceptó los cargos.

Luego del crimen del economista surgieron dudas alrededor de la aplicación que utilizaba la victima y que terminó indicándole el camino en donde fue atacado por delincuentes. ¿A la aplicación le cabe algún tipo de responsabilidad?
Para Fernando Rojas, experto en movilidad, esta plataforma solo está basada en reportes de tránsito.

"Yo creo que no, porque esa aplicación funciona a partir de unos mapas y de una información que captura, o sea ellos no levantan la información. Si hay un problema en esa vía, la dificultad está en cómo se levanta esa información o alguien no pasa por ahí y no avisó que estaba cerrado o hubo un cambio o hubo un cierre, como no hay flujo permanente, pues esa información no se carga. Eso es una cosa fundamental de esas aplicaciones no es que yo entró de una vez y ya quedó funcionando, el hecho de que la gente esté circulando permanentemente lo que hace es alimentarla y hacerla cada vez más confiable", explicó Rojas.

Para esta plataforma, muy popular entre los conductores, es fundamental los reportes de los usuarios, pues de allí se alimentan sus mapas, como lo explica Luis Guillermo Torres, desarrollador de aplicaciones y docente de la Universidad Javeriana.

"La aplicación tiene como base lo que se conoce como create sourcing, lo que significa que muchas personas aportan datos o información para un bien común. En este caso Waze recibe la información de las calles, del tránsito, la velocidad promedio de todos los usuarios que utilizan la plataforma", dijo Torres.

Aunque esta plataforma ha cambiado la manera de desplazarse en la ciudad, distribuyendo el tráfico en diferentes vías y ayudando a mejorar los tiempos de los recorridos en la ciudad, también puede tener fallas. Por eso, hay que tener precauciones a la hora de usarla, especialmente en una ciudad tan grande y con tanto lugares recónditos como Bogotá.

Mientras las investigaciones y el proceso contra los capturados avanzan, los familiares de Álvaro Torres Murcia, que prefirieron no ser entrevistados, solo esperan que pronto haya justicia y se emitan condenas ejemplares para los responsables.

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