En los últimos días, en Bogotá se desató una dura polémica por la tala de árboles en la avenida 9ª entre calles 72 y 85. Vecinos de ese exclusivo sector del norte de la ciudad, salieron a protestar por lo que consideraron un acto arbitrario contra la naturaleza.

Ante las sentidas críticas, la administración Distrital explicó que las razones de la tala, en este y otros sectores de la ciudad, responde a conceptos técnicos, en los que se argumentan condiciones de deficiente estado físico y sanitario.

Rebrotes, espacio insuficiente de emplazamiento, ramas secas, clorosis, necrosis y hasta peligro de volcamiento, son algunos de los diagnósticos.

Ante la inconformidad de muchos ciudadanos, la Personería de Bogotá solicitó a la Alcaldía suspender el proceso de tala y socializar las determinaciones de los técnicos con la ciudadanía.

En un año, un acre de árboles adultos (lo que equivale a 0,4 hectáreas sembradas), puede proporcionar el oxígeno que necesitan para vivir 18 personas.

Según datos aportados por la ONG TreePeople, los árboles urbanos reducen la exposición de los humanos a los rayos UV-B en aproximadamente un 50 %. Asimismo, absorben los olores y gases contaminantes y filtran las partículas contaminantes del aire, atrapándolas en sus hojas y corteza.

Estar entre árboles y en ambientes rodeados de naturaleza genera tranquilidad, reduce sentimientos de violencia y mejora la concentración reduciendo la fatiga mental.

El manejo integral del arbolado es una tarea que asume la administración de cada ciudad y que, en el caso de Bogotá, es considerada de alta relevancia: fundamental para el mantenimiento del espacio público. Justamente, con el fin de tener un doliente de esa responsabilidad, la Secretaría Distrital de Ambiente, entidad rectora en la materia, encargó de ejecutarla, bajo su dirección, al Jardín Botánico José Celestino Mutis.

"¿Qué tratamos de hacer? De generar una arborización que sea de un porte alto, que los árboles tengan unos fustes y unos troncos limpios, muy únicos, para que no generen barreras visuales que puedan impedir que, tanto el peatón vea el carro que viene, como el conductor que viene manejando no vea al conductor si se va a atravesar una vía", dijo Adriana Olaya, supervisora de Paisajismo del Jardín Botánico.

Además de esos espacios, están también los parques, desde los vecinales y de bolsillo, hasta los zonales y metropolitanos. Todos necesarios para la recreación y el esparcimiento de la ciudadanía. En ellos, aunque se busca dejar amplios espacios libres para su aprovechamiento, los criterios de plantación tienen que ver principalmente con la seguridad, comodidad y protección de quienes los visitan.

Nogal, Cedro, Guayacán y Roble, son algunas de las especies que se utilizan para este tipo de espacios públicos, teniendo en cuenta las necesidades del área y las condiciones en que será plantado.

En lo que va corrido del año se han sembrado 4.760 árboles en la ciudad. Las localidades más beneficiadas son Bosa con 1.087, Suba con 533, Santa Fe con 494, Fontibón con 422 y Ciudad Bolívar con 333.

Alrededor de 22 mil árboles reciben tratamiento fitosanitario al año en la ciudad. Sin embargo, en muchos casos, al recibir la atención requerida, el avance de la enfermedad que los afecta hace que la situación sea irreversible.

"El profesional hace el diagnóstico. Ellos hacen la visita en campo una vez la ciudadanía nos cuenta del problema fitosanitario, definen qué tratamiento debe dársele al árbol. Al igual que una persona, se inicia el tratamiento para poder controlar, ya sea la plaga, en caso de insectos por ejemplo, o la enfermedad si la situación crítica del árbol se debe al ataque de hongos o de bacterias", manifestó Olaya.

Cerca de 10.500 árboles han tenido que ser talados durante esta administración, una cifra que resulta similar a la del anterior Gobierno Distrital, en el que en los 4 años fueron talados 13.700.

Y aunque, por supuesto, no es lo deseable talar un árbol, teniendo en cuenta la cifra de árboles sembrados, podríamos concluir que por cada tala se realizan ocho siembras en la ciudad.

"Cuando talamos los árboles, nosotros tenemos dos centros de acopio. ¿Qué hacemos? La madera que sale de las talas se tritura en una chipiadora, y la reutilizamos para hacer compost. Entonces hay unas camas de compostaje, donde tienen un proceso de descomposición y finalmente eso se reutiliza para la plantación de los árboles", aclaró Laura Mantilla, directora del Jardín Botánico.

En un año, un acre de árboles adultos (lo que equivale a 0,4 hectáreas sembradas), absorbe la cantidad de dióxido de carbono que produce un automóvil que recorre 26.000 millas. Los árboles, según estudios económicos, no sólo embellecen sino que agregan hasta un 15 % de valor a las zonas urbanas.

Por: Andrea Olano.

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