El Gobierno de Bogotá le solicitó al Ministerio de Defensa regulación en la importación de las armas de fogueo. Según el secretario de seguridad, éstas se han convertido en un riesgo para la seguridad de Bogotá, ya que no tienen ningún control específico.
Son réplicas de armas de fuego que a simple vista parecen reales. Algunas simulan el ruido únicamente, otras disparan proyectiles de goma que pueden causar daño.
Johan Avendaño, experto seguridad, agrega, “lo claro es que hay un vacío jurídico sobre la regulación en la importación y uso de armas de fogueo dentro del país. Vacío que con mucha habilidad las organizaciones delincuenciales están usando para poder perpetuar sus hechos”.
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Desde el ámbito jurídico también se respalda el requerimiento del gobierno local, pues las penas, para aquellos que utilizan estos artefactos, son presuntamente, difíciles de aplicar.
“La realidad es que la legislación colombiana en este punto no contempla una penalidad o un delito por el hecho de portar un arma traumática u otro tipo de armas que se utilizan para defensa personal", aclaró Francisco Bernate, presidente del Colegio de Abogados Penalistas de Colombia.
Otro riesgo consiste en la posibilidad de alterar ese tipo de armas.
Johan Avendaño agregó, “estas armas con su cascarón pueden convertirse en la base para algunas armas hechizas por un lado, es decir pueden trascender a algún tipo de arma letal".
Según cifras del último informe de la fundación Ideas para la Paz, en 2020, entraron al país importadas más de 200.000 tipos de armas traumáticas.
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