En un comunicado que se presentó temprano este lunes, el Eln se atribuyó el atentado del pasado domingo 19 de febrero en el barrio La Macarena, Bogotá.

Argumentando que las operaciones militares por parte del Estado continuaban, y que hacía falta, por lo tanto, un cese Bilateral del fuego, esta guerrilla dijo que “cualquier persona, con elemental razonamiento, entenderá que ante esta realidad, el ELN debe responder con su accionar armado contra todas las fuerzas atacantes para defenderse, esa es la orden que tienen todas nuestras unidades. En ese contexto informamos que: el pasado 19 de febrero, a las 10:20 horas de la mañana, en los alrededores de la plaza La Macarena en Bogotá, capital de Colombia, un comando guerrillero urbano atacó con explosivos a una patrulla policial del ESMAD”.

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¿Qué es un comando urbano?

Por efectos logísticos, el Eln tiene una organización no centralizada. Existe un comando central (Coce), cuyo líder actual es Nicolás Rodríguez Bautista alias “Gabino”.  A partir del Coce se articulan los denominados “Frentes de Guerra”, que son de dos tipos: rurales y urbanos. Los rurales son sobre quienes recae la responsabilidad de realizar acciones militares, sobretodo en el campo, es decir guerra de guerrillas. Están formados, en orden jerárquico, por columnas, compañías, destacamentos, escuadras y triadas. Básicamente todas cumplen la función de llevar a cabo acciones militares; sólo varían en el número de efectivos que se destinan para ello.

En cuanto a los frentes urbanos, la estructura es más simple.  Sus acciones se enfocarían a los intereses que tendría la guerrilla en las grandes ciudades de Colombia. Estarían formadas por grupos más pequeños, focalizados, descentralizados, que se denominan “células”, que a su vez se constituirían por “triadas”, es decir grupos de no más de tres hombres y que, para evitar ser identificados, no se conocerían entre sí.

En esa medida, un comando urbano es una célula encargada de llevar a cabo acciones, primero, de reclutamiento, y segundo, de ataque contra miembros de la fuerza pública. Los atentados que se han realizado recientemente en Bogotá son prueba de ello.

En cuanto a la labor de reclutamiento, el accionar se centra especialmente en las universidades públicas. De acuerdo con la Fiscalía, hasta la fecha se tienen identificados tres grupos: uno que actúa en la Universidad Nacional, otra en la Pedagógica y uno más en la Antonio Nariño. Estos grupos integrarían el Movimiento Revolucionario Popular, directo responsable de las bombas panfletarias que han estallado recientemente en la capital.

Una fuente del cuerpo de inteligencia, informó al diario el Tiempo que “ellos se encargan de ejecutar golpes de opinión. Activan las bombas en sedes bancarias para generar empatía con la ciudadanía, por la reforma tributaria, o contra EPS para protestar contra el sistema de salud o contra la Dian por el tema económico. Su objetivo es llamar la atención sin afectar físicamente a la ciudadanía”.

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¿Y los Diálogos de paz qué?

Después de 14 meses de diálogos exploratorios que se realizaron en Quito, Ecuador, empezó en firme el proceso de paz con la guerrilla del Eln. No obstante, a la fecha no ha habido un proceso ni desescalamiento de los enfrentamientos ni de cese del fuego bilateral.

Aunque suene paradójico, parece que el Eln espera, a través de acciones violentas, buscar un cese del fuego. Argumentan para ello que es “por defensa”. Dice el comunicado: “Planteamos al momento de iniciar este proceso la urgencia de crear un cese al fuego bilateral para crear un ambiente favorable al proceso de paz, y aliviar la vida y condiciones humanitarias que padecen los habitantes sobre todo en las llamadas “zonas de conflicto”, o sea los territorios donde se asientan las fuerzas guerrilleras. El gobierno rechazó tal planteamiento e impuso la condición de “dialogar en medio del conflicto”  argumentando que “un cese al fuego beneficia a la insurgencia y desmoraliza a las FFAA  quienes están ganando la guerra”.

En sus cuenta de Twitter, Juan Camilo Restrepo, jefe negociador del gobierno con el Eln, escribió que “Mientras más terrorismo repudiable por parte del Eln, más lejanas las posibilidades de llegar a un cese bilateral del fuego en Quito”.

Por otro lado, en rueda de prensa, Luis Carlos Villegas, ministro de defensa, informó que “Ese es un hostigamiento en una zona y a una unidad policial muy apetecida por el Eln, porque sabe que nuestros carabineros están detrás de ellos en esa zona de Norte de Santander. Al regreso de esas caravanas, el último vehículo donde estaba la escuadra móvil de carabineros fue hostigada con varios disparos y un artefacto explosivo que logró dañar los vidrios al vehículo sin que hubiera ninguna novedad humana”.

Chistian Voelkel, analista para Colombia de International Crisis Group, explica que “la reciente ola de ataques atribuidos al ELN, que incluyen varios secuestros y una explosión en Bogotá, tal vez mejoraron su posición negociadora, pero han profundizado la desconfianza ciudadana y han hecho ver a esta guerrilla como fuera de contacto con un país que quiere poner punto final a tantos años de violencia”.

El atentado de La Macarena significó un duro golpe para el proceso de paz, los Diálogos de Quito seguirán. No obstante hay un clima de tensión entre las partes pues la guerrilla insiste en el cese bilateral, mientras que el gobierno dice que no lo habrá si no se terminan los ataques terroristas.

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