Pese a que actualmente existe un comité liderado por expertos y habitantes aledaños a la vía, quienes se oponen a la construcción del TransMilenio sobre la carrera 7ª, también han salido a relucir las voces de quienes piden con prontitud una solución a los problemas de movilidad que hay en este corredor vial.
La falta de conectividad entre esta carrera y los extremos de la ciudad genera que a diario los ciudadanos deban realizar recorridos que tardan más de dos horas de desplazamiento, razón por la que la Alcaldía de Bogotá propone la construcción de una nueva línea de TransMilenio que le cambiará la cara a la emblemática carrera 7ª.
Actualmente, por esta vía se movilizan cerca de 15.000 pasajeros por hora en 1.500 buses, parte de la reestructuración consiste en movilizar a 26.000 pasajeros a bordo de 150 buses.
Para ello, se propone la construcción de 21 estaciones desde la calle 36, estación que conectaría las troncales de la Décima, la calle 26, la Caracas y la primera línea del metro, hasta la calle 200 donde funcionaría un portal de TransMilenio.
El proyecto, según el Distrito, incluirá un plan de revitalización que mejoraría 420.000 metros cuadrados de espacio público y conectará la red de ciclorutas con 10 kilómetros nuevos entre las calles 100 y 200.
“Buses con tecnologías limpias que no contaminen el ambiente. Además, serán estaciones mucho más limpias, sobrias y amplias en su estructura lo que permitirá más seguridad y que la gente se sienta confortable utilizando la 7ª”, añade Yaneth Rocío Mantilla, directora del IDU.
El proyecto, que impactaría de manera directa en la cotidianidad de 693.000 habitantes de las localidades de Chapinero, Santa Fe y Usaquén, requiere inversiones por 1,9 billones de pesos. Los diseños en detalle serían entregados en noviembre para abrir la licitación a fin de este año.
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