¿el cáncer es emocional?
Foto de: Kienyke

Una de las revoluciones más grandes en la medicina moderna ha sido la de encontrar la relación cuerpo, mente y emociones en la génesis de los padecimientos actuales. Desde los comienzos de la medicina occidental, algunas de las tendencias se basaban en remedios y fórmulas para aliviar tan solo los síntomas, sin hacer énfasis en el origen de la enfermedad.

Los estudios de la neurología, revelaron que el cerebro posee una gran energía, la cual se emplea para direccionar nuestra supervivencia, adaptándolo a los impulsos de la emoción y la forma en que reaccionamos ante los estímulos llamados “agentes estresores”. Si no logramos organizar esta información la energía se agota, disminuyendo las defensas del sistema inmune, y debido a este desequilibrio, aparece la enfermedad.

Precisamente en el año de 1993, a nuestro grupo de investigaciones sobre el comportamiento humano, nos llegó por parte de uno de sus miembros un revelador trabajo publicado en el libro “La enfermedad como camino: Un método para el descubrimiento profundo de las enfermedades”, de los doctores Thorwald Dethlefsen y Rüdiger Dahike (Editorial DEBOLSILLO). El Doctor Rüdiger Dahike nació en 1951, en Berlín (Alemania) y junto con su compatriota Thorwald Dethlefsen (psicólogo transpersonal), escribieron en 1983 esta innovadora obra, que tan solo 10 años después, fue publicada en Colombia.

En síntesis, este trabajo nos enseña a encontrar nuestra verdadera esencia para dejar que se desarrolle, hasta llegar a preguntarse: ¿Quién eres tú? Recordando que tu camino no tiene que ser el adecuado para los otros. Las personas que viven la vida y los proyectos de los demás alejándose de ellos mismos, experimentan síntomas, desequilibrios y enfermedades. El miedo impide liberarse y fluir con las circunstancias de la vida y la culpa termina arruinando nuestros días. El miedo lleva implícita la solución, por eso resulta crucial confrontarlo, para realizar la curación de nuestras enfermedades.

Cuando las reglas sociales y morales comienzan a obstaculizar el fluir de la vida, en lugar de fomentar su evolución lo que hace es ponerle trabas y bloqueos. De allí la importancia de aprender a confrontar las emociones y expresarlas, para conservar la salud física y mental. En la medida de saber quiénes somos, podremos clarificar lo que en verdad queremos. No se trata de combatir la enfermedad, sino aprender de ella para realizar la misión que vinimos a cumplir a esta Tierra.

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Estos pioneros de la enfermedad psicosomática, aportaron valiosas teorías e hipótesis, a los galenos que impulsaron la medicina bioenergética en el país. Uno de los más relevantes padres de la medicina bioenergética, fue el médico cirujano de la Universidad Nacional, Doctor Reynaldo Escalante, con quien tuve la suerte de aprender y seguir de cerca sus importantes investigaciones durante muchos años, a las cuales yo aportaba mis conocimientos de hipnosis, manejo de la intuición y todo lo relacionado con el subconsciente, especialmente en el diagnóstico por Radiestesia.

En el consultorio del Dr. Escalante ubicado en el barrio Chapinero de Bogotá, atendía un promedio de 100 personas diarias con exitosos resultados, y tuvimos muchas horas para hablar y compartir sobre temas humanísticos y existenciales, así como también, del origen científico de las enfermedades, especialmente la del cáncer, que según él, aparece cuando un conflicto interior impulsado por el resentimiento no fue resuelto conscientemente, haciendo que el organismo produzca un tumor para resolver este corto circuito energético, ya que, si la persona no tiene la capacidad de identificar y manejar adecuadamente sus emociones, el cuerpo a través del subconsciente lo hará en forma de enfermedad.

Los médicos definen el cáncer como un grupo de muchas enfermedades relacionadas y todas ellas tienen que ver con las células. El cáncer aparece cuando las células anormales crecen y se extienden rápidamente. Las células normales del cuerpo crecen, se dividen y tienen mecanismos para dejar de crecer y con el tiempo también mueren.

A diferencia de estas células normales, las células cancerígenas continúan creciendo y dividiéndose descontroladamente y no se mueren. Todo exceso descontrola el cuerpo y la mente. Cuando no existe un equilibrio entre el trabajo y la recreación, y entre el amor y la espiritualidad, el cuerpo protesta con manifestaciones psicosomáticas, que van desde la crisis de pánico, fobias y ansiedad, hasta el extremo de afectar el sistema inmunológico, lo que podría conllevar a la aparición del cáncer.

Por: Armando Martí

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