¿Cómo funciona la corrupción electoral y las maquinarias? │ La libreta en Mesa Capital

“Este negocio requiere de alguien que lo financie, un empresario o un banco. Lo que hacen es comprar a un “líder” que vende listas de 200 o 500 votantes. Venden paquetes de electores. ¿Cómo recuperan la elección tanto el contratista como el político? Con contratos estatales para favorecer amigos o generando sobrecostos, por ejemplo los elefantes blancos: obras que nunca se ejecutan”, explica Camilo Enciso, director del Instituto Anticorrupción.

Para profundizar más en este tema es necesario entender por qué el negocio de compra y venta de votos se ha normalizado tanto dentro de la cultura electoral del país.

“En el caso del Atlántico hay una reconfiguración cooptada del Estado, porque hay un cambio ideológico cultural. Hay una idea en la gente de “roba pero hace”, entonces se cometen esta cantidad de ilícitos pero de alguna manera se ven las obras”, manifiesta Diógenes Rosero, investigador de la Costa Atlántica.

La pandemia, la pobreza y el hambre son fenómenos que convierten a los ciudadanos propensos a vender su voto. Sin embargo desde #LaLibreta se hace un llamado a todo el electorado a denunciar y cambiar este panorama.

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“El código penal permite sancionar a quien compra y a quien vende su voto. Esto le permite a la fiscalía identificar votantes que hayan vendido su voto, apretarlos y gracias a eso ir detrás de los peces gordos (...) Hay que ir detrás del patrimonio de los corruptos y de esa manera se generan unos elementos disuasorios. Lo otro es la denuncia pública que puede ser de manera anónima, especialmente para esas personas que participan en esta práctic por su nivel de vulnerabilidad. Una última cosa es el rechazo político: nuestra herramienta es el voto”, concluye Camilo Enciso.

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