Ubicada al noroccidente de Bogotá, entre los 2.550 y 2.560 metros de altura sobre el nivel del mar, la Reserva Forestal Thomas Van der Hammen, representa el pulmón de la ciudad debido a su extensión y ubicación ecológica y a la biodiversidad en fauna y flora que allí alberga.

La reserva forestal hace parte de los Humedales de La Conejera y Torca - Guaymaral, desde los cerros orientales hasta el límite del Río Bogotá. También conecta con el Bosque Las Mercedes que fue declarado santuario de fauna y flora, el Bosque Las Lechuzas y el Parque Ecológico Distrital de Montaña Cerro La Conejera.

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Foto: Reserva Thomas Van der Hammen - Jardín Botánico

La mayor parte de la Reserva Thomas van der Hammen se encuentra en la localidad de Suba y una porción más pequeña en Usaquén, y tiene una demarcación geográfica de 1.395 hectáreas. Fue declarada en el año 2011 como Reserva Forestal Regional Productora por la Corporación Autónoma Regional-CAR, con el objetivo de garantizar la conectividad de los Cerros Orientales con el Río Bogotá, actuar como barrera ante los procesos de conurbación y ser un pulmón en el borde norte de la ciudad.

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Con estas características es imposible no pensar en la diversidad de flora y fauna que tiene la reserva. Nadie se imaginaría que en este lugar existe una riqueza ecológica que alberga gran cantidad de plantas y animales desconocidos para la mayor parte de los habitantes de la ciudad.

Según datos de la Secretaría de Ambiente y del Jardín Botánico de Bogotá, la Reserva Thomas van der Hammen es elhábitat y hogar de paso de 11 especies de mamíferos, 23 de mariposas, diferentes aves -entre las que se destacan 24 acuáticas- entre otros animales.

Además, su suelo alberga cerca de 200 especies vegetales de alto valor ecológico, encontradas entre la vegetación de los cuerpos de agua, herbazales y zonas de bosque como los son el cedro, el palo blanco, el arrayán, el raque, el corono, mano de oso, cordoncillo y gran variedad de miconias y orquídeas.

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Fotos: Jardín Botánico

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En cuanto a la fauna, se encuentran más de 49 especies de aves nativasy migratorias que fácilmente se pueden avistar como los son el chamicero y el picocono rufo -que habitan en bosques primarios y secundarios- así como el carpintero y el búho rayado.

Así mismo, se pueden registrar anfibios y reptiles como el lagarto collarejo, el camaleón andino y la rana sabanera; mamíferos pequeños como la musaraña, curi, fara o chucha y el ratón silvestre y murciélagos insectívoros de las familias molossidae y vespertilionidae.

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Fotos cortesía: Oswaldo Cortés -Tingua Bogotana. Fundación Humedales Bogotá

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También se encuentra un gran grupo de polinizadores constituidos por abejas como la especie apis mellifera, hasta 23 especies de mariposas diurnas e insectos del orden coleoptera (escarabajos) de la familia lycidae y hemipteros conocidos como chinches.

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Fotos cortesía: Oswaldo Cortés- Búho Rayado- Fundación Humedales Bogotá

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Diego Suárez, estudiante de la Universidad de La Sabana en Chía, y quien en ocasiones ha tenido que conducir por los alrededores de la Reserva Thomas Van Der Hammen, dice estar asombrado por su extensión y por la variedad de animales que ha alcanzado a avistar.

“En una ocasión tuve un problema mecánico con mi carro -dice- y tuve que estacionar a la orilla de la carretera. De repente me percaté de los sonidos de la naturaleza que allí se perciben y sentí mucha paz. Logré ver a lo lejos un animal negro, parecía como un marsupial y luego vi aves sobrevolando el área. La gente no es consciente de que aquí en la propia Bogotá tenemos un patrimonio natural donde hay muchos animales que ni siquiera sabemos que existen”, asegura con asombro.

Por otro lado, así como es de extensa y maravillosa la biodiversidad de la reserva, también es delicada y vulnerable.

De acuerdo con la Fundación Humedales de Bogotá, el Libro Rojo de Aves de Colombia y la lista roja de International Union for Conservation of Nature -IUCN 2016, existen especies de aves con algún grado de amenaza y que están en peligro de extinción como la tingua bogotana, el cucarachero de pantano, la tingua moteada, las especies calzadito cobrizo y el pibi boreal.

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Fotos: Oswaldo Cortés -Tingua Moteada. Fundación Humedales Bogotá
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Foto: Calzadito Cobrizo 

En cuento a esta situación, el Distrito ha unido fuerzas y está trabajando para proteger la reserva mediante la implementación de actividades de restauración ecológica. La alcaldesa Claudia López anunció el pasado 22 de febrero la firma del primer Acuerdo de Conservación con un privado para consolidar la reserva. “La meta es dejar por lo menos 100 hectáreas de reserva protegidas y conservadas”, afirmó la alcaldesa. mapa

Las áreas a proteger están siendo seleccionadas por la Secretaría de Ambiente y se están teniendo en cuenta zonas de importancia hidrogeológica, cuerpos de agua, coberturas de la tierra, comunidades vegetales y rutas de fauna, entre otras, correspondientes al Plan de Manejo de la Reserva Forestal Thomas van der Hammen.

"Desde el Jardín Botánico de Bogotá, entendemos la reserva Thomas van der Hammen como una gran aula ambiental en torno a la cual se desarrollen procesos de restauración técnica y gestión social  mediante el establecimiento de bosques conmemorativos y zonas de educación y transformación del pensamiento ambiental, que rescatan nuestras culturas ancestrales y contribuyen a hacer de Bogotá la ciudad cuidadora, incluyente, sostenible y consciente de la que todos somos responsables", afirmó Martha Liliana Perdomo Ramírez, directora General Jardín Botánico de Bogotá.

Si estas interesado todo lo que rodea la Reserva Forestal Thomas Van der Hammen y requieres más información puedes visitar la página de la Secretaría de Ambiente.

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