Fotografía tomada de la JEP.

En su especial “30 años de la Constitución del 91, la promesa congelada”, Capital ha venido haciendo una serie de entrevistas a personajes que vivieron e hicieron parte del proceso de la Asamblea Constituyente, que dio como resultado la Constitución de 1991.

Alejandro Ramelli, abogado y Magistrado Auxiliar de la Corte Constitucional, fue el invitado que en esta oportunidad nos habló sobre el contexto en que se dio el proceso constitucional, a qué respondía y qué aciertos y desaciertos tuvo.

La Asamblea Nacional Constituyente, en su momento, respondió a un anhelo popular de transformación de la sociedad en sus niveles estatal e institucional. Pues veníamos de un problema contra el narcotráfico, un conflicto armado interno y una Constitución de 1886 que no respondía a la sociedad colombiana de esa época.

Por ello, multiplicidad de grupos juveniles empezaron a organizarse para pedirle al Estado dos cosas: mayor participación política y un cambio en las estructuras constitucionales.

“Fue un movimiento juvenil y popular de transformación, de salir de los causes tradicionales que nos tenía la anterior constitución”, sostuvo Ramelli.

Con la Séptima Papeleta, acto simbólico de participación, se dio paso a lo que sería la reconstrucción de la carta magna, de la mano de 74 constituyentes, y que al sol de hoy ha generado debates entorno a sus aciertos y desaciertos.

¿Cuál fue el mayor acierto de la Constitución del 91?

“Indudablemente la mayor conquista fue la carta de derechos fundamentales, la acción de tutela y la creación de la Corte Constitucional. Sin la Corte Constitucional hubiera sido imposible crear esa nueva carta política y me parece que una gran transformación que se dio es que ese texto fundamental fue tomado en consideración por los colombianos, eso no pasaba antes; es decir, nadie hablaba de la Constitución, todos hablaban de las leyes”, respondió Ramelli.

Para el abogado, la ciudadanía; hasta ese momento, no se había apropiado de su texto constitucional lo suficiente, de manera que el mayor logro fue en materia de derechos fundamentales.

¿Qué deuda dejó ese proceso constituyente?  

Según Ramelli, hay varios aspectos que aún no han terminado de armonizarse: el primero, el ordenamiento territorial: “Yo creo que aún no hemos definido el modelo realmente de Estado, de sociedad que tenemos en relación con el ordenamiento territorial”; el segundo, los desajustes institucionales; y el tercero, los constantes cambios a la carta política.

“Llevamos más de 50 modificaciones en un periodo demasiado breve, entonces me parece que todavía hay unos aspectos fundamentales, sobre todo de estructura del Estado, que no han terminado de lograr un consenso por parte de la sociedad”, manifestó.

Corte Constitucional

La Corte Constitucional fue creada a partir de la Constitución de 1991. Alejandro Ramelli, como Magistrado Auxiliar de esa Corte por más de 14 años, tuvo la oportunidad de presentar un sinfín de grandes debates entorno a la carta política del país.

La pregunta es ¿Cuáles han sido los más importantes?

“La lista es muy larga; por ejemplo, están los debates del Acuerdo de Paz, sobre los indígenas, la consulta previa para revisión de proyectos mineros y energéticos, los límites al ejercicio del poder político, entre otros, pero esa construcción jurisprudencial en materia de derechos fundamentales ha impactado el día a día de los ciudadanos”.

¿La paz es una promesa congelada?

“Hay estudios que demuestran que ciertos puntos del Acuerdo de Paz se han cumplido más que otros; o sea, esto no es decir que todo se ha cumplido o que todo se ha incumplido, hay unos puntos que se han cumplido más que otros y sobre todo los que tienen que ver con transformaciones como la reforma agraria y la erradicación de cultivos ilícitos, que son los de mayor rezago”, contestó el abogado.

¿Se necesita una nueva Constitución?

Ante la nueva propuesta que ha surgido de diferentes grupos sociales y políticos, como el Centro Democrático, de cambiar la Constitución del 91, el Magistrado Auxiliar de la Corte Constitucional respondió con un rotundo no.

“Yo creo que las dificultades de la Constituciones están, por un lado, en las numerosas reformas que se han venido dando principalmente en estructura del Estado y que causan inseguridad, no hemos terminado de consolidar un Estado y ya creamos otro. Cambiar la Constitución me parecería una gran equivocación como sociedad”, comentó.

Además de añadir que los incumplimientos que se han presentado entorno a la Constitución, como por ejemplo los Acuerdos de Paz, se deben principalmente a las políticas públicas, a la legitimidad de las autoridades y al funcionamiento del sistema político colombiano en cuanto a financiación de campañas y órganos de control.

Esta fue una de las múltiples entrevistas que Capital hará en su especial “30 años de la Constitución del 91, la promesa congelada”, indagando respecto a los retos, pormenores, aciertos e historias que engloban a la constitución que en la actualidad nos rige y a la que aún le faltan muchos retos por superar: la Constitución Política de 1991.

Conéctate al especial de Capital para ver la entrevista completa.

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