La paz sigue estando en la agenda nacional ahora por cuenta de los diálogos con la guerrilla del ELN. Estas negociaciones, debido a acciones violentas, han ido perdiendo apoyo y credibilidad en el país y definir cuál será el futuro de estos diálogos, es otra tarea importante de quien gane las elecciones.
El ELN, que nació en 1964, cuenta con 1500 combatientes concentrados mayormente en la frontera con Venezuela. La fase exploratoria comenzó en enero de 2014 y solo hasta marzo del 2016 el Gobierno anunció desde Caracas, Venezuela la fase pública de los diálogos.
A pesar de las negociaciones el ELN no disminuyó sus acciones violentas, al contrario aumentaron notablemente. Según el Centro de Recursos de Análisis de Conflictos, durante el cese del fuego bilateral, entre el 1 de octubre y el 9 de enero de este año, se registraron 8 violaciones al pacto por parte de esa guerrilla, las cuales dejaron 14 personas muertas.
Inmediatamente finalizó el cese, el ELN inició una ofensiva en la que arremetió contra la infraestructura petrolera y además perpetró tres ataques contra la Fuerza Pública.
Los avances que tendrán los diálogos con el ELN hasta el final del actual Gobierno serán pocos, por eso el nuevo presidente deberá definir el futuro de las negociaciones.
Ante la ofensiva de esa guerrilla, muchos han planeado la necesidad de que el ELN muestre una verdadera voluntad de paz para continuar con las negociaciones, por eso uno de los retos será definir si hay o no un cese unilateral al fuego por parte de ese grupo armado.
Otro de los interrogantes es si se debe continuar con lo que ya se ha avanzado en los diálogos con el actual Gobierno o si se deben replantear las condiciones y lo pactado para darle un nuevo comienzo a las negociaciones.
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