La liga colombiana de fútbol, Dimayor, y sus equipos se opusieron a una nueva medida que reducirá la cantidad de policías en los partidos y los obliga a pagar por seguridad privada.

El nuevo Código de la Policía comenzó a regir esta semana, y el decreto reglamentario aún no ha sido expedido. La reducción de fuerza pública en los partidos de fútbol comenzaría en 2018, pero ya se activaron las alarmas.

"Los empresarios (dueños de los equipos) deben asumir su vigilancia privada y logística en los eventos. La policía estará, pero esperamos que no en un número tan grande", destacó el general Jorge Enrique Rodríguez, director de Seguridad Ciudadana.

Los encuentros importantes son vigilados en los estadios y sus alrededores por unos 2.000 oficiales.

"Tenemos preocupación porque la policía pretende sustraerse de la responsabilidad de preservación del orden público en esta serie de espectáculos, donde por la confrontación de barras sería imposible ser atendido con personal de logística del club o de empresas de seguridad privada", declaró Jorge Perdomo, presidente de la Dimayor, el miércoles al diario El Tiempo de Bogotá.

Dimayor y los clubes propusieron al Ministerio del Interior que los encuentros importantes mantengan el apoyo de la policía y que la norma se aplique en los de menor riesgo.

Los incidentes, con heridos y en algunas ocasiones con algunos muertos, afectan el balompié colombiano pese a fuertes medidas de seguridad y las duras penas que contempla la ley.

"Si las disposiciones indican que debe haber seguridad privada, pues lo haremos, pero tendría que ser un servicio combinado porque puede haber situaciones en las que solo puede intervenir la autoridad", indicó el gerente del Deportivo Cali, Humberto Sinisterra.

El conjunto posee estadio propio a las afueras de Cali y ha utilizado vigilancia privada a un costo equivalente a unos 10 mil dólares por partido.

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