Para Elkin Rubiano, sociólogo y doctor en Teoría del Arte y la Cultura, la unión entre arte y política comenzó con la indignación masiva y las protestas pacíficas que hubo en distintos países. Esto desató un estallido social, que incentivó las muestras artísticas como actos de protesta simbólica.

Según Elkin Rubiano, el arte posibilitó la trasgresión como acto de indignación y permiso para que el que quiera alzar su voz de múltiples formas, pueda hacerlo y así incomodar al establecimiento.

“Esa es la manera en que los artistas asumen la política, con el proceso creativo”, afirmó Elkin Rubiano, doctor en Teoría del Arte y la Cultura.

Desde el proceso creativo también se gestan los movimientos sociales que representan a la ciudadanía en las manifestaciones, y rompen la frontera entre arte y política.

Para Catalina Ceballos, conductora del programa 'Debate la Cultura', los Chalecos Amarillos en Francia y la llamada Primera Línea en Colombia, son movimientos sociales que toman el liderazgo del nombrado estallido social, por medio del arte y crean representación.

“La creatividad está en todas las profesiones y luego, surge el activismo”, comentó Catalina Ceballos.

Desde un contexto latinoamericano, los performances se popularizaron como acto de lucha política, cuyo fin es actuar a partir de lo visual y marcar un gesto o símbolo en las personas que ven o asisten a las protestas y generar ruido en masa.

“Este carácter performativo se ha descubierto que es muy efectivo para trasgredir. Se trasgrede a partir de lo simbólico”, agregó Elkin Rubiano, doctor en Teoría del Arte y la Cultura.

Para Rubiano, los políticos confunden el concepto del arte y por eso, existe una brecha entre el arte y la política. Según contó el sociólogo, los mandatarios suponen que arte es solamente folclor.

“Hay que entender la cultura como práctica, como elemento vivo”, enfatizó Rubiano.

Además, el arte pasó de las galerías y los museos, a las calles, al espacio público, que por décadas ha sido el escenario de las protestas.

“La cultura es conflictiva y desde luego eso se convierte en algo difícil de manejar porque para los políticos: la cultura es el lugar del encuentro pacífico y amoroso, y no, puede ser perturbador”, puntualizó Elkin Rubiano.

Concientizar a través del arte es movilizar en masa y activar a todos los sectores de la sociedad, lo que construye política, así concluyó el debate de Mesa Capital.

 

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