En este nuevo capítulo de #ALasPalabras, Mábel Lara conversó con Sandra Borda, Mauricio Jaramillo, Jorge Giraldo y Kurt Weyland sobre las implicaciones de los discursos populistas en las sociedades de América Latina.

En inicio, los invitados definieron el término de populismo como una promesa de liberación. Según Mauricio Jaramillo los populismos han creado una malla institucional a pesar de que exista una personificación de la política.

''El populismo parte de la conquista, de capitalizar la insatisfacción con el establecimiento. Hay que entender que la pasión con el populismo se acaba y en la historia reciente de América Latina han contribuido a la democratización que al autoritarismo’’, señaló Mauricio Jaramillo, doctor en Ciencia Política.

Por su parte, Sandra Borda enfatizó que los escenarios propicios para que se generen los populismos son aquellos en donde la clase política y las instituciones no responden a las necesidades de las personas. El ciudadano cree que solo se beneficia a las élites.

‘‘No en vano Trump, porque es allí donde salen esos líderes a decirle a la gente que tiene los mismos sentimientos y que van a satisfacer sus necesidades. Se desarrolla una relación directa con la gente, donde las instituciones representativas pasan a un segundo plano’’, enfatizó la analista política Sandra Borda.

Según Jorge Giraldo, doctor en filosofía, en Colombia solo han existido dos gobiernos populistas: el de Gustavo Rojas Pinilla y el de Álvaro Uribe Vélez. Además, también han existido movimientos populistas como la UNIR de Jorge Eliécer Gaitán y la Colombia Humana de Gustavo Petro. Para Giraldo el populismo, desde el aspecto liberal, es malo, porque conlleva a los autoritarismos.

En controversia de Giraldo, Jaramillo asegura que el populismo se genera porque existe un movimiento de masas; algo que no sucedió con el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla.

En contravía de Jaramillo, Sandra Borda asegura que los movimientos populistas no necesariamente son profundizadores de la democracia, porque no es la cantidad de gente que activa y piensa en una relación directa entre el líder y la gente. ‘’El mejor ejemplo es Trump porque él dice que no quiere hablar con la gente a través de los medios o de las instituciones’’, indicó Sandra Borda.

Por su parte el PH. D. Kurt Weiland, cree que en Colombia el gobierno de Álvaro Uribe fue populista, pero que gracias a las instituciones no se permitió su segunda reelección después de ocho años de poder.

‘‘Uno ve que Uribe quería hacer una concentración del poder con el Plebiscito en el 2003 y con la reelección en el 2010, pero las instituciones son importantes porque la Corte Constitucional no se lo dejó. El líder populista siempre quiere debilitar a las instituciones, quiere tener una hegemonía y esto es un gran riesgo para la democracia liberal que tiene la separación de poderes’’, dijo Weiland.

Por último, Sandra Borda insiste que no todo político que proponga solucionar las necesidades de las personas es populista. ‘‘La señal de alerta es cuando las ejecuciones o propuestas del caudillo las va a resolver fuera de los conductos democrático y ahí es cuando a gobiernos autoritarios’’, concluyó.

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