Para llamar la atención de los líderes mundiales, la Agencia de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) transformó este lunes el jardín de la sede de la ONU en Nueva York en un "cementerio" temático con 3.758 mochilas escolares, cada una representando a un niño que murió en conflictos y guerras el año pasado.

El objetivo principal del cementerio, a juicio de los directivos de Unicef, es hacer un llamado a los líderes mundiales, quienes en la última semana de septiembre se reunirán en la sede durante la 74 edición de la Asamblea General de la ONU. El llamado es para que los gobiernos mundiales protejan a infancia afectada por la guerra y conflictos.

La directora de Unicef, Henrietta Fore, afirmó en un comunicado: "Las mochilas de Unicef siempre han sido un símbolo de esperanza y posibilidad de infancia, pero la pérdida de estos niños se sentirá para siempre en sus hogares, aulas y comunidades de todo el mundo.

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Unicef dijo que en países como Afganistán, República Centroafricana, Sudán del Sur, Siria y Yemen los niños pagan el precio más alto de la guerra.

Según datos de la ONU, más de 12.000 niños fueron asesinados, heridos o dejados en discapacidad en zonas de guerra y conflicto en el 2018. Sin embargo, dice el organismo, estos son solo los incidentes verificados y es probable que los números reales sean mucho mayores.

Con información de la Agencia Anadolu 

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