Basada en el cómic de los argentinos Pablo De Santis y Juan Sáenz Valiente, la producción bilingüe, en portugués y español, cuenta con talentos de Argentina, Brasil y Uruguay, y está amenizada con impactantes efectos especiales. La nueva temporada sigue al enigmático protagonista, Natalio Arenas, protagonizado por el argentino Leonardo Sbaraglia, en su búsqueda por una nueva vida.

La segunda temporada presenta a Arenas dispuesto a realizar su mayor deseo: irse a donde nadie lo conozca y abandonar su función de hipnotizador. Arenas llega a un pequeño pueblo llamado Puente Blanco, aparentemente perfecto; sin embargo, al conocer a los habitantes y sus actitudes, descubre que las apariencias engañan.

Canal Capital habló en exclusiva con Carla Quevedo sobre su participación en la serie.

¿Cómo estás viviendo este gran momento de tu carrera profesional?

Con mucha felicidad, y también un poco de ansiedad. Vengo trabajando desde hace mucho tiempo, porque trabajo desde los 19 años, y es hermoso ver estos resultados luego de tanto esfuerzo. Incluso me fui a vivir fuera del país desde muy chica.

Estoy muy contenta por tener la oportunidad no sólo de estar trabajando con constancia sino de interpretar personajes con mucho más mundo interior. Al tener roles con más protagonismo también aparecen más posibilidades de desarrollar el personaje, contando historias más interesantes, con más contenido. Es lo que cualquier actor o actriz desea.

¿Y cómo llegaste a este proyecto? ¿Qué es lo que te atrapó y cómo decidiste participar en El Hipnotizador?

Diría que la historia empieza en 1988 cuando nací (risas) y justamente el año pasado, después de 28 años, estaba filmando una película en Uruguay, de un director brasilero. Se trataba de una coproducción brasilera y uruguaya de RT Features, que fue también la productora que llevó adelante el proyecto de El Hipnotizador.

Durante ese proceso, ellos me comentaron que se venía la segunda temporada de El Hipnotizador y que había un personaje que podría interpretar muy bien. Por supuesto que yo ya conocía El Hipnotizador, no sólo porque los trabajos de Leonardo Sbaraglia los sigo desde hace muchos años, sino porque en la primera temporada había participado el Chino Darín, que es un gran amigo mío, y me había contado que estaba en Montevideo filmando El Hipnotizador, un proyecto de HBO, al mismo tiempo que yo estaba filmando Show Me a Hero, otra serie realizada en los Estados Unidos.

Fue curioso que los dos tuviéramos al mismo tiempo la oportunidad de trabajar, una oportunidad muy importante para cualquier actor, sobre todo para quienes vienen del cine y temen dar el salto hacia la televisión. HBO tiene propuestas que son muy cinematográficas, por lo cual la propuesta era algo muy atractivo. Luego de esto me enviaron el guión, lo leí, y fue un amor instantáneo con la historia y mi personaje.

En relación a tu personaje, ¿cómo lo describirías y cuál es su relación con Natalio Arenas?

Mi personaje es Abril, una chica que se crió en Puente Blanco, que es un pueblo que está en una isla, alejado y aislado precisamente de todo el resto del mundo. Ella es una chica que nació en una cuna de oro, el padre es el creador de este pueblo, y además es el dueño del único hotel de Puente Blanco (ella es la administradora).

Su madre falleció cuando ella era muy chica. Ella no tiene muchos recuerdos más allá de lo que le transmitió su padre. Abril atraviesa una etapa en la que empieza a cuestionar un montón de cosas que hasta el momento había tomado por naturales. Como el hecho de que no hubiera muertes en el pueblo, por ejemplo.

Para ella era algo natural porque siempre había vivido así. Con la llegada de Arenas, casualmente, un montón de gente, incluida Abril, empieza a descubrir su curiosidad. Abril tiene también un mundo interior muy rico, es artista, ella pinta, frecuenta mucho la librería de Mario. Le gusta leer, imaginar otros mundos posibles aparte del mundo en el que ella vive; y esa necesidad es cada vez más fuerte.

Arenas para ella es un personaje que le despierta una curiosidad enorme, porque nunca antes vio a un hipnotizador, porque no sabe lo que es eso, y todo lo nuevo a Abril la moviliza muchísimo. Entre ellos se dará un vínculo muy especial. Y creo que Abril se enamora por primera vez en su vida cuando lo conoce a Arenas.

¿Cómo es trabajar con elencos de distintas nacionalidades? ¿Qué le aporta esa dinámica a la historia y a la producción?

Siempre me llamó mucho la atención como las fronteras, incluso en Latinoamérica, dividen tanto. Y cuando empezás a explorar lo que sucede cuando los distintos países latinoamericanos se unen en una ficción, te das cuenta de que las fronteras son sólo límites geográficos y lo que nos sucede como personas, y también con la historia de los países, nos vincula mucho más de lo que nos imaginamos.

El Hipnotizador es una historia universal, que no sucede en ningún lugar en particular, podría haber pasado en cualquier lugar de Latinoamérica. Trabajar en dos idiomas al principio era extraño, porque yo no hablo portugués, pero luego haciéndolo, entendí que era algo bueno y en vez de tratar de hacer todo parejo o igual, valía la pena tomar algo de cada lugar y hacerlo dialogar de manera distinta.  

Me pareció una propuesta super original y que funciona. Le da más eclecticismo, diversidad. Lo mismo sucedió con el elenco, que incorpora actores de diferentes nacionalidades. Me pareció buenísimo.

¿Y qué significa El Hipnotizador para Carla como actriz?

Es una puerta abierta. Es una gran oportunidad estar protagonizando una serie que se distribuye no solo en Latinoamérica sino en Estados Unidos, y en múltiples países de Europa. Más aún estar haciéndolo junto a Leonardo Sbaraglia, que es un actor al que admiro muchísimo, y aparte tiene una gran trayectoria, un reconocimiento enorme por parte de la gente, tanto de la audiencia como de la industria. Para mí la oportunidad de estar trabajando a su lado es un reconocimiento enorme y estoy muy agradecida.

¿Cómo fue la experiencia con Show Me A Hero?

Fue como estar en un castillo de cristal. Sí, porque como contaba antes, me fui a vivir a los Estados Unidos a los 21 años. Participé de muchísimos castings allí. Te podría nombrar 10 de las películas que se estrenaron en el último año para las cuales yo audicioné y no quedé seleccionada. Nunca depende enteramente de uno o del trabajo actoral que uno hace, sino que tiene que ver con muchos otros factores. Pero recuerdo que estaba en Argentina y un día suena mi teléfono desde un número norteamericano.

Era mi agente diciendo que a los tres días tendría un callback para HBO. Me proponía volver. Inmediatamente me subí a un avión y volví. Para mí era un sueño. Se trataba de un papel muy protagónico en una serie de David Simon, dirigida por Paul Haggis.

Todavía no estaba Oscar Isaac confirmado en ese entonces. Y reitero la gran oportunidad que tuve. Tuve mucha suerte desde que empecé a trabajar. La primera película en la que participé ganó un  premio Oscar. Y además, tenía el plus de la exposición en el mercado en el que yo estaba queriendo trabajar, así que lo recuerdo como un sueño hecho realidad, una fantasía con la que ni me animaba a soñar y de golpe estaba sucediendo.

Me encontraba filmando con Winona Ryder, con Catherine Keener y no lo podía creer. Y además aprendí muchísimo. Era una producción de muchísima envergadura, de tanto despliegue y de tanta gente con tanta experiencia en trabajos de alta calidad... La experiencia me hizo crecer muchísimo como actriz y como persona también. Fue curioso descubrir como se manejan las personas más allá de la fama, fue una experiencia maravillosa.

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