equidad de género en el día de la mujer
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Más allá de ser la expresión de moda en la diplomacia internacional, la equidad de género es un reto que en todos los niveles de la sociedad se debe (re)pensar, porque sus acciones y políticas se están quedando solamente en retórica. La inequidad de género sigue siendo una realidad que no discrimina fronteras, ni posiciones sociales. Su principal reto está en dejar de hacer más de lo mismo y concentrarse en resolver el asunto desde lo cultural y lo social.

¿Por qué hablar de género?

El mundo es cada vez un lugar más dinámico y complejo de entender. Nos enfrentamos a diversos retos de los que levemente tenemos conocimiento, entre ellos, las problemáticas que de fondo trae consigo la inequidad de género.

Para no ir  tan lejos, se podría hacer mención a la migración masiva de venezolanos en los últimos años, situación que ha venido acompañada de problemáticas como la intolerancia (por no hablar de xenofobia, que vale la pena mencionarlo, no ha sido un fenómeno generalizado en todos los países a los que se han desplazado), pobreza, malnutrición, desempleo, explotación sexual y laboral, entre otras, son situaciones que evidencian una dura realidad para todos los migrantes, pero en la cual  según algunos estudios realizados, como el del Banco Mundial en octubre de 2018, se ven afectadas principalmente, las mujeres.

Ante realidades como estas, surgen necesariamente preguntas sobre qué es realmente la equidad de género y cómo alcanzarla, y las respuestas van más allá de creer que la solución sólo consiste en poner a algunas mujeres a dirigir empresas o a ocupar cargos de alto nivel dentro de la política o las empresas. Realidades como la de las migrantes venezolanas, o como las más de 400.000 mujeres que han sido víctimas de homicidio en el marco del conflicto colombiano, cifras que de por si, son un alarmante síntoma de preocupación. Todo esto sin entrar a profundizar en otros datos (cifras y testimonios), que acompañan otras problemáticas como la explotación sexual, el maltrato físico y psicológico, así como los miles de casos que sobre feminicidio han salido a la luz en al menos los últimos cinco años, temáticas que son una muestra de que el problema va más allá de datos y estadísticas.

Hay que seguir hablando de género porque es un problema que concierne a todos, como sociedad y como individuos. A través de reconocer y evidenciar las problemáticas alrededor de la vulneración de los derechos de la mujer y de las niñas, se permite no sólo que se implementen políticas y acciones que favorezcan la inclusión en todos los niveles, sino que como sociedad comprendamos que nos enfrentamos a muchos desafíos que requieren del trabajo conjunto y de la fuerza tanto de hombres como mujeres.

La definición de género.

Para abordar este tema, es importante precisar tres ideas fundamentales: Primera, hablar de género, en su definición básica, es hacer referencia a una relación desigual de poder frente a los roles que hombres y mujeres deben desempeñar al interior de una sociedad por sus diferencias biológicas.

Segunda, y no menos importante, entender que esto no se trata de una lucha feminista que busca culpabilizar al hombre por sus actitudes machistas, dado que en algunos entornos sociales son las mujeres, quienes culturalmente, han reforzado este papel para los hombres. Se trata de evidenciar la desigual relación entre hombres y mujeres, a fin de lograr a través de procesos de educación y socialización, la igualdad política, social y económica que estas merecen.

Por último, comprender que la definición que sobre “género” conocemos, es una construcción histórica y cultural, que lleva siglos incorporada en nuestra identidad social y de la que tan sólo desde hace unas décadas, se viene hablando. Todos, somos agentes de paz y podemos ser agentes de transformación desde nuestros comportamientos cotidianos, desde nuestra forma de relacionarnos con el otro, pero un otro, visto como un individuo en igualdad de condiciones. A partir de algo tan simple como la forma de relacionarnos con los demás, especialmente en lo que concierne con el respeto, el trato equitativo y el reconocimiento del papel de la mujer en la sociedad, será posible generar grandes  y efectivos cambios hacia la equidad de género.

Por Paula Ruiz

Docente - investigadora de Universidad Externado de Colombia. 

 

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