Foto: Burak Akbulut - Agencia Anadolu

La única moción de censura que ha prosperado en la democracia española cambió los papeles: Mariano Rajoy fue destituido y Pedro Sánchez juró como nuevo presidente de España.

“Histórico, este es un momento realmente histórico”, sostiene Jordi. Tiene 75 años y es la primera vez que ha visto prosperar una moción de censura. Desde que España es un país democrático (1977) se han presentado tres mociones de censura. La última la protagonizó el líder de Podemos, Pablo Iglesias, pero ninguna llegó a prosperar.

Jordi siguió el Pleno del pasado jueves hasta el último minuto. “Para salir adelante Sánchez necesitaba el apoyo del PNV (Partido Navarra) y todos pensábamos que apoyaría a Mariano Rajoy como ha hecho desde que es presidente”, sostiene. Los nacionalistas vascos esperaron hasta el último minuto para dar a conocer su voto. Las redes sociales, el mejor termómetro para medir la opinión pública, ardía bajo mensajes como “Hay que echarlos a todos” o “Adiós Rajoy”.

Cristian tiene 23 años pero estos dos últimos años ha votado en más de cinco ocasiones. Dos para las elecciones españolas generales, donde Rajoy acabó presidiendo, debido a las diferencias para formar gobierno por parte de la oposición, y hasta tres veces en las elecciones catalanas. “Mi generación está expectante. No creíamos que la moción acabaría con un presidente. Ahora veremos cuándo y cómo se convocan elecciones y si Pedro Sánchez logra convencer a la sociedad en las urnas”, mantiene Cristian.

La corrupción del Partido Popular, y concretamente la sentencia del caso Gürtel, fue el detonante para acabar con la presidencia de Mariano Rajoy, quien se mantuvo ausente durante la votación, el pasado jueves. También lo hizo el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que ya ha pedido elecciones y se mantiene como el partido favorito para ganar las elecciones en las encuestas.

Mientras tanto el socialista Pedro Sánchez (PSOE) tendrá que hacer frente, esta vez como presidente, a la complicada situación que vive Cataluña. Hoy, de manera casi simultánea, el presidente catalán Quim Torra formaba Gobierno, desbloqueando así la parálisis en la que se encontraba el Parlamento catalán y desmarcándose finalmente del artículo 155.

Durante ambas tomas de posesión las palabras más pronunciadas han sido “diálogo”. Pedro Sánchez juraba cumplir con su cargo de presidente sobre la Constitución y- por primera vez en la historia de la democracia española- se retiraban los dos principales elementos representativos de la Iglesia católica: el crucifijo y la Biblia.

Sánchez ha llamado al “diálogo” con Cataluña. Lo mismo ha hecho el presidente catalán. Durante la votación de la moción, el pasado jueves, los nacionalistas catalanes se encontraban divididos. Desde Esquerra Republicana pedían la libertad de los políticos encarcelados a cambio de apoyar a Sánchez. Desde el PDeCAT, el partido de Carles Puigdemont, se hacía hincapié en la necesidad de “hacer caer” primero a Rajoy para comenzar una nueva etapa de diálogo.

El expresidente catalán, José Montilla, celebraba que Pedro Sánchez fuera el nuevo presidente español. En su cuenta de Twitter aseguraba que Sánchez simboliza el retorno de la política como instrumento para resolver los problemas y la relación entre los Gobiernos. “Sánchez devolverá el diálogo y la negociación con el pueblo catalán”, aseguró.

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