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jueves, abril 25, 2024

Ahora me dedico a ser papá

Matías recuerda muy bien la primera vez que fue a una marcha del orgullo gay. Aquel día, aún siendo físicamente una mujer, se sintió identificado con muchas personas que pertenecían a una red que apoyaba a chicos trans. Después de hablar con algunas de ellas, sintió que no solo compartían gustos y actitudes; también lo eran las ganas de hacer su transición de mujer a hombre y ayudar a muchos otros más en el proceso.

A partir de aquel día, su grupo de compañeros y amigos se expandió. Conoció a personas que se dedicaban a empoderar e involucrar a través de acompañamientos, y despejando dudas, a quienes querían iniciar su transformación. Esos interrogantes eran los mismos que tenía cuando inició su proceso. Una de las incógnitas más recurrentes, entre todos, era cómo lo podía tomar la familia y la sociedad.

Una familia como muchas otras

Con la voz calmada habla de “su familia anterior”. Dice que perdió comunicación con sus abuelos apenas se enteraron de la decisión que tomaría. Sobre sus dos hermanos afirma que les costó entender la situación pero que hoy en día lo tratan como lo que es: su hermano mayor. Cree fielmente en el presente y del pasado asegura que, como todo ciclo, fue una etapa que terminó.

Ahora habla de su familia, la actual. Para muchos algo distinta, fuera de lo común. Al igual que muchas de las que encontramos en nuestro país, la familia de Matías es diferente porque no sigue la línea tradicional compuesta por papá, mamá e hijos.

En su apartamento, aparte de sus dos hijos y sus mascotas, vive con su mejor amiga a quien ve como su hermana. Ella la ha apoyado en las etapas más importantes de su vida. Entre tanto a su expareja y padre de sus dos hijos, ahora lo ve como uno de sus mejores amigos. Él también hace parte de su familia y permanece en convivencia dentro de su hogar.

"Cuando le confesé que me gustaban las niñas y que quería vestir como niño, poco lo entendió. Pero luego me dijo que lo más importante era mi felicidad porque eso lo hacía feliz a él", dice Matías sonriendo.

Su familia también está compuesta por su actual mujer, como él la llama, quien también comparte la misma vivienda. Con ella encontró una nueva oportunidad para amar y sentirse hombre, algo que enorgullece a todos aquellos con quienes comparte su vida.

El largo camino hormonal

Hace aproximadamente dos años Matías respondía a otro nombre. Su apariencia física era la de una mujer y sentía que su vida estaba llena de días oscuros porque no podía ser ni actuar como en realidad se sentía: un hombre. Detrás del buzo que viste, Matías guarda el cuerpo que en algún momento lo identificó como mujer. Los senos que piensa retirarse a finales del 2019, no lo definen y cree que para sentirse bien con su físico, requiere de esa operación y continuar con el proceso hormonal que meses atrás suspendió porque no estaba siendo supervisado por un médico.

Mientras se pasa la mano por el mentón comenta que quisiera verse más varonil, tener algo de barba y verse un poco más corpulento. Para él es importante no solo sentirse hombre, sino parecerlo. Pero cree que todo proceso tiene su tiempo porque al final su cuerpo no es algo que lo acompleje.

El papá incondicional

En la familia, y aunque no ha sido necesario profundizar sobre el tema, los niños han entendido que tienen dos papás. Matías conoce tan bien a sus hijos y la relación es tan fluida al momento de hablar de su identidad sexual que sabe que ellos, tal cual les ha enseñado, reconocen la importancia de respetar a los demás.

"Mis hijos saben lo que significa tener dos papás. Para ellos es normal. El tema lo hablamos con psicología, por eso lo entienden bien", dice Matías.

En la familia de Matías siempre predomina el respeto, no importa si la persona es flaca o gorda, negra o blanca. Por encima de todo, siempre se tiene en cuenta este valor.

Entre sueños y realidades

Para Matías ha sido difícil conseguir empleo después de su transición legal para convertirse en hombre. El proceso para cambiar todos los papeles y actualizar su hoja de vida ha sido arduo y dispendioso. En las opciones a las que se ha postulado para buscar empleo, le piden referencias y para ello debe acudir a muchas de las personas que hicieron parte de su vida pasada. A pesar de todo, sueña con estudiar arquitectura porque le apasiona lo relacionado con la creación y el diseño.

Mientras se cumplen sus expectativas y sueños sigue junto a su familia: lo más valioso. Cree que la sociedad debe aprender a tolerar las diferencias y entender las nuevas dinámicas entendiendo que todos somos seres humanos y por ello merecemos ser respetados y valorados.

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