Luego de escuchar las historias de cuatro víctimas del conflicto, durante un encuentro por la reconciliación nacional en Villavicencio, el papa Francisco le dirigió unas sentidas palabras al Cristo negro que presenció la masacre de Bojayá en la que murieron más de cien personas en el año 2002.

"Oh Cristo de Bojayá, que te han arrancado junto con tus brazos y pies a tus hijos que buscaron refugió en ti", señaló el papa mirando a la escultura que quedó mutilada por la explosión que aconteció en la iglesia del pueblo, mientras se refugiaban allí los pobladores.

El Papa bendijo el Cristo de Bojayá , que perdió las piernas y los brazos durante la explosión, en el año 2002, de un cilindro-bomba en la iglesia de esta localidad del Chocó, durante un enfrentamiento entre la guerrilla de las Farc y los paramilitares.

El acto de bendición se cumplió en el marco del Gran Encuentro de Oración por la Reconciliación Nacional, que lideró el Santo Padre en el Parque Las Malocas de Villavicencio.

“Nos reunimos a los pies del Crucificado de Bojayá, que el 2 de mayo de 2002 presenció y sufrió la masacre de decenas de personas refugiadas en su iglesia. Esta imagen tiene un fuerte valor simbólico y espiritual. Al mirarla contemplamos no sólo lo que ocurrió aquel día, sino también tanto dolor, tanta muerte, tantas vidas rotas y tanta sangre derramada en la Colombia de los últimos decenios”, dijo el Santo Padre.

“Ver a Cristo así, mutilado y herido, nos interpela. Ya no tiene brazos y su cuerpo ya no está, pero conserva su rostro y con él nos mira y nos ama. Cristo roto y amputado, para nosotros es «más Cristo» aún, porque nos muestra una vez más que Él vino para sufrir por su pueblo y con su pueblo; y para enseñarnos también que el odio no tiene la última palabra, que el amor es más fuerte que la muerte y la violencia”, dijo.

El Cristo recorrió más de 500 kilómetros de peregrinación, durante casi cuatro días, por río, avión y carretera, entre Bojayá y la capital del Meta.

Allí fue ubicado en una posición de honor en la Catedral de Nuestra Señora del Carmen. Tras el acto de bendición, regresará a su lugar de origen.

El Cristo salió de la Parroquia San Pablo Apóstol de Bellavista, cabecera municipal de Bojayá, en el Chocó, el pasado lunes 4 de septiembre, acompañado por una delegación de las víctimas de Bojayá y la Iglesia Católica, así como por un grupo de ‘alabaoras’ de esta localidad.

 

Tras un viaje por el río Atrato, el Cristo encabezó una peregrinación a la Capilla de las Víctimas en Quibdó. De esta ciudad fue trasladado en avión a Bogotá, a donde llegó el pasado miércoles 6 de septiembre, para unirse a la caravana de la ‘Semana por la Paz’ con destino a Villavicencio.

Antes de la bendición papal, se realizó un rito de acogida al Cristo en la Catedral de la capital del Meta. Luego se trasladó al Parque de las Malocas, donde el Cristo sufriente de Bojayá fue puesto en una cruz que presidió el Gran Encuentro de Oración por la Reconciliación Nacional.

Durante la jornada, el Santo Padre lo bendijo y escuchó los testimonios de cuatro colombianos que, desde distintas orillas, padecieron los rigores de la guerra, como víctimas y victimarios, y que hoy tienen una nueva oportunidad de perdón, reparación y reconciliación, así como de aportar a la sociedad de su país.

 

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