En materia ambiental son múltiples las tareas que tendrá el próximo mandatario: detener la deforestación, bajar la emisión de gases efecto invernadero, mejorar la calidad del aire y fortalecer la regulación de extracción minera, son algunas de las más destacadas.

Según el Ideam, entre 1990 y 2016, han sido deforestadas más de 6 millones de hectáreas de bosque natural en Colombia, siendo las zonas y municipios más afectados por el conflicto armado los de mayor incidencia de este fenómeno.

El acuerdo climático de parís, suscrito en el 2015 y ratificado recientemente por el Congreso, indica que Colombia debe reducir en un 20% las emisiones de gases efecto invernadero antes del 2030.

El reiclaje y la disposición de basuras juegan un papel fundamental en este objetivo, así como la mitigación, adaptación y resiliencia en los ecosistemas efecto del calentamiento global es otro de los retos a enfrentar, ya que según el Observatorio Nacional de Salud en el país anualmente mueren 11 mil personas por causa de la calidad del aire.

Por otro lado el próximo presidente debe regular y fortalecer la vigilancia sobre la extracción de petróleo y minerales. Alrededor de 150 municipios del país ven su territorio afectado por la minería ilegal, en particular la extracción ilegal del oro, que se ha convertido en un negocio mucho más rentable que el mismo narcotráfico.

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