Los hombres cisgénero vivieron más de cincuenta años de guerra de formas distintas si comparamos con lo que experimentaron las mujeres y personas LGBTIQ+, no solo como víctimas, sino como parte de los actores armados. 

Bajo esa premisa, Sin Excepciones de Mesa Capital decidió ponerle lupa al Capítulo del Informe Final de la Comisión de La Verdad: ‘Mi Cuerpo es la Verdad’, que recopiló los testimonios de las mujeres e integrantes de la población LGBTIQ+ durante el conflicto armado colombiano.

De acuerdo con una de las investigadoras del Informe Final de la Comisión de La Verdad, cerca de seis mil mujeres, entre responsables y víctimas, se sentaron a hablar con investigadores de la Comisión, para compartir experiencias desgarradoras, que en su conjunto crearon un retrato hablado de lo que los actores armados entendían sobre lo que es un luchador y cómo todo su sistema de valores está permeado por la idea de que agredir a los más vulnerables, particularmente mujeres y personas LGBTI, supuestamente los hace mejores guerreros. 

“En el conflicto armado hubo un sello de género que lo instauraron en las distintas comunidades los actores armados legales e ilegales, esto quiere decir que en los repertorios de violencia que utilizaron todos los grupos armados y estoy hablando de los grupos guerrilleros, de los grupos paramilitares, incluida también la fuerza pública, hubo intencionalidades de hacerle daño a las mujeres para obtener ventajas dentro de la guerra”, contextualizó Diana Rodríguez, politóloga.

La violencia sexual no fue ajena al conflicto armado, según Diana Rodríguez, fue una de las estrategias que utilizaron los distintos grupos al margen de a ley para desplazar y despojar a comunidades enteras. 

Asimismo, las personas LGBTIQ+ se sintieron objeto de guerra.

“Entre más excluida esté una persona, en términos de su condición étnica, de su condición de diversidad sexual, de su clase social, pareciera que la guerra se ensaña más con las personas. Entonces a las personas LGBTIQ+, según las cifras, por lo menos en Putumayo, vivieron la violencia de forma muy dura, además por ser de este colectivo debes guardar silencio”, contó Andrés Cancimance, Representante a la Cámara del Putumayo.

El Capítulo del Informe Final de la Comisión de La Verdad registró tipos de afectaciones directas contra la comunidad LGBTIQ+:

  • Violencia correctiva
  • Control sobre exámenes de VIH

“El grupo de trabajo de género construyó una sección titulada ‘La verdad es arcoiris’ que contó más de 400 testimonios de las personas que reflejaron un patrón de persecución, desplazamientos y violencias sexuales, que no solo fue violación, sino abortos y esterilización forzada”, expresó Diana Rodríguez, politóloga.

Entre los hallazgos también se encontró el secuestro sexual por parte de las guerrillas hacia las mujeres y comunidad LGBTIQ+ y los castigos hacia ellos.

“Una mujer lesbiana es violada par que aprenda a ser mujer para que aprenda y lo mismo con los hombres gays y las personas transgénero”, sostuvo Diana Rodríguez, politóloga.

El volumen del Capítulo recolectó episodios fuertes de sufrimientos y vejámenes a los que fueron sometidas las personas solo por ser mujeres y miembros LGBTIQ+.

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