La explotación sexual de menores de edad, ha sido un tema preocupante en Colombia. En Opina Bogotá, el programa de análisis, debate y opinión, se abordó este tema con Wilfredo Grajales del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud - Idiprom.

Por fortuna, el tema de la explotación sexual en menores causa cada día más rechazo entre la sociedad, lo que hace que las denuncias aumenten y las autoridades intervengan y de esta manera restablecer los derechos de los menores, poniéndolos en protección.

El Alcalde Enrique Peñaloza, ha priorizado la lucha por los derechos de los menores y el fenómeno de la explotación sexual a menores no puede verse como algo normal.

“Hemos atendido 641 casos en fases de prevención con niños en riesgo de caer en explotación, encontramos que las familias son el primer grupo que naturaliza la explotación sexual”, explicó Wilfredo Grajales.

El funcionario de Idiprom, aseguró que es necesario entender que un menor no se prostituye, lo explotan y esto es un grave delito, por eso se debe denunciar y de esta manera gracias a la ruta de atención a menores evitan que se cometan este tipo de flagelos en contra de los menores.

Cualquier persona puede realizar la denuncia en la línea de atención 141 y su identidad será reservada. Luego inician las investigaciones para determinar si el menor está en riesgo o es explotado sexualmente.

“Cuando un menor logra entender que es víctima, cambia todo el tratamiento y su proceso de recuperación crece, hasta el Idiprom han llegado menores para denunciar ellos mismos que son víctimas” expusó Grajales.

Grandes soluciones con amor y libertad

Según analizó en Opina Bogotá Wilfredo Grajales, detrás de todo fenómeno de calle hay situaciones socioeconómicas muy fuertes, ausencias de padres, hogares prácticamente inexistentes.

Teniendo en cuenta lo anterior “en Idipron los niños saben que los queremos, que ponemos el corazón en su recuperación y que tienen libertad. No negociamos el afecto con los niños”, explicó Grajales.

Comentó además, que construyen la libertad de los niños, no los tienen  encerrados, en Navidad los llevaron de paseo a la costa. “Un menor que decide volarse de la casa no está construyendo su libertad y necesita ser orientado”.

Luego de que el menor ha sido explotado sexualmente, queda con un lenguaje y acciones muy sexualizadas, en Idiprom ofrecen atención integral para hacer que los niños vuelvan a la sociedad con plena normalidad.

“Un menor no puede decidir libremente prostituirse y hay una serie de situaciones como el hacinamiento en la convivencia con adultos, o la naturalización del abuso que los convierte en víctimas”, explicó el funcionario del Idiprom.

En Bogotá existen redes de explotación que operan en zonas específicas, por ejemplo en la localidad Santa Fe es donde hay más explotación sexual de menores, pero en denuncias es muy baja. “La gente dice que son redes muy peligrosas y hay temor, se debe tener en cuenta que las redes de explotación son manifestaciones de problemas sociales no tratados a tiempo”, aclaró.

Para Wilfredo Grajales, fue una bendición la intervención del Bronx y así como se sacaron menores explotados de allá esperan que en corto plazo Bogotá no tenga niños víctimas de explotación.

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