La reciente ola de denuncias públicas hacia hombres agresores dentro de la industria musical, ha generado varias preguntas y debates no solo entre artistas, sino entre personas que trabajan con una perspectiva de género. En este capítulo de #DebateLaCultura, Catalina Ceballos conversa con dos invitados que, desde sus profesiones, tratan de generar espacios de discusión del por qué los hombres no hablan directamente sobre acoso y abuso sexual.

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¿Por qué las mujeres recurren al escrache, o denuncia pública, para hablar de una agresión?

“El escrache está jurídicamente protegido, es un mecanismo constitucionalmente protegido. Como las rutas no funcionan, no son eficientes, es posible recurrir a otro tipo de sanciones sociales. La forma como los agresores tratan de mitigar el daño es argumentar que no hay una sentencia judicial, entonces el acusado es inocente, mientras que las víctimas cuentan con la herramienta del escrache”, responde Carlos Mantilla, abogado invitado al programa.

Sin embargo, la sanción social viene acompañada de señalamientos hacia la víctima y no hacia el agresor, esto se suma a la constante revictimización a la que se enfrentan las personas que deciden denunciar de manera jurídica.

“Al no tener un sistema de justicia que apoyen a las víctimas, toca recurrir a otras herramientas. Cuando cuestiono a la víctima, también cuestiono su relato”, añade Carlos Mantilla.

La manera en que la justicia, el sistema de salud y las mismas industrias culturales, ponen por encima el buen nombre de un hombre, por encima de la vivencia de una mujer, responden a la crianza patriarcal en la que los hombres no se cuestionan los unos a los otros.

“El pacto del silencio no es que los hombres nos sentamos entre todos y nos pongamos de acuerdo, nadie está exento, todos hemos lastimado. Es difícil sentir que tienes la autoridad moral sobre otro hombre para señalar. Todos hemos sido un tóxico para alguien. Yo lo que hago es comenzar la conversación aceptando que en algún momento he cometido microviolencia”, señala Santiago Marín, manager y gestor cultural.

A la discusión, Carlos añade que el debate entre los hombres es difícil porque, debido a su crianza, no cuentan con las herramientas para identificar acciones machistas, ya que esas herramientas las construyen los movimientos feministas.

“El acoso y el abuso son asuntos de nuestra sociedad, es una problemática contemporánea. Necesitamos más hombres con valentía que se paren al lado de las mujeres”, concluye Catalina Ceballos.

Como cada viernes, Catalina cierra #MesaCapital con un recomendado: en esta ocasión es la canción Farruk Urrutia de la agrupación bogotana Yo No La Tengo, una canción que habla del pacto de silencio.

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