La violencia sexual en el contexto de guerra es otro flagelo que marcó para siempre la vida de muchas mujeres en el país. Este es el caso de Julissa Mosquera, una líder chocoana a quien intentaron silenciar y encontró en Bogotá y en el arte un refugio.
Julissa es una líder chocoana, nos cuenta su historia, “yo soy sobreviviente de las Autodefensas Unidas de Colombia, yo soy víctima de varios hechos como fueron: el desplazamiento forzado, tortura, secuestro y abuso sexual”.
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Un acceso carnal violento que la marcó para siempre, la alejó de su comunidad, la puso en la palestra pública ante quienes la señalaron y la culparon de un delito que por denunciar casi le cuesta la vida.
Una sobreviviente que no solo representa a otras mujeres que pasaron por lo mismo sino que, con resiliencia y mucho esfuerzo trabaja diariamente por su comunidad. La líder señala porqué es importante trabajar por las mujeres.
“Es por eso que trabajo incansablemente para que las mujeres hablemos. Nos pusieron una mordaza para que las mujeres nos avergoncemos del hecho, como si fuéramos sido las criminales, pero un grupo de mujeres levantamos la voz y le contamos a Colombia y al mundo que las mujeres hemos sido las que más hemos sufrido en la guerra, porque nuestros cuerpos se convirtieron en eso en botines de guerra”, agregó Julissa.
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El arte también se convirtió en una herramienta que transformó su vida, ahora es actriz de teatro.
“Entendí que el arte transforma, perdona y el arte hace que te reconcilies y por eso apuesto a la reconciliación de mi país, pero a través del arte el teatro”, concluyó la líder.
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