Fernando Rojas Parra abrió un nuevo episodio de Planeta Bogotá para hablar de los libros y cómo estos influyen en la construcción de una ciudad. Los editores y escritores Juan David Correa y Rubén Darío Flórez fueron los encargados de guiar la conversación en torno al crecimiento de la cultura literaria en Bogotá.
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En 1936 se realizó la primera Feria del Libro en Bogotá, la cual fue inaugurada por el entonces alcalde, Jorge Eliecer Gaitán. Este evento marcó un precedente en el futuro de la capital como epicentro de la lectura y la cultura en todo el país, en ese orden de ideas, ¿cuál es la relación entre el libro y la ciudad? yendo más allá del registro de su historia.
“El libro contiene a la ciudad y la ciudad es el lugar del debate, la rebeldía, el lugar para imaginar de otra manera el mundo, pero también para guardar memoria de ese mundo. Es una relación intelectual porque la ambición de nosotros los seres humanos es la de perdurar ¿y cómo puedes perdurar? A través del lenguaje y la escritura”, comentó Rubén Darío Flórez, editor, escritor y profesor de la UNAL.
La escritura se ha convertido en protagonista de la vida urbana, sin embargo, muchas veces el tipo de cultura que se transmite a través de los libros ha generado una segregación entre quienes tienen acceso cierto tipo de conocimiento.
“Creo que es uno de los dramas de América Latina, donde han sido las elites quienes han controlado el acceso a los libros. Yo creo que en Bogotá, en los últimos 40 años, se ha democratizado el acceso a la lectura. En Ecuador, por ejemplo, todavía hay élites que han cerrado el ámbito de los libros para unos grupos elegidos. Se trata de quebrar esa idea de que los libros son para unos pocos y que habiten la ciudad”, expresó Juan David Correa, editor y escritor.
Fernando Rojas resaltó el papel que ha tenido la Red de Bibliotecas Públicas de Bogotá (BibloRed) en la democratización de la lectura en la capital. Asimismo, abrió un espacio para hablar sobre cómo la pandemia cambió el rol de las librerías y de los lectores dentro de la ciudad.
“Las librerías, después de la pandemia, fueron la oportunidad de sentirnos vivos, en donde podíamos, después del encierro, volver a tocar los libros al lado de lectores. Le dan a uno esa emoción de saber que pertenece a ese universo de los libros. La pandemia trajo para el encuentro, alrededor de los libros, una bocanada de aire”, contó Rubén Darío Flórez.
Por su parte, Juan David Correa exaltó la resiliencia de los libreros bogotanos ante el encierro, sin embargo, hizo énfasis en la importancia de abrir nuevos espacios de lectura que incentiven el hábito en toda la ciudad.
“Lo que no hemos podido solucionar es cómo democratizar el acceso al comercio de los libros. Están las bibliotecas barriales, las bibliotecas públicas en toda la ciudad, los paraderos para libros en parques, iniciativas de Idartes, hay un programa de libro al viento, hay un ecosistema popular; pero al país le falta una política de ayuda y de estímulo a que se abran más librerías”, agregó el editor y escritor Juan David Correa.
Otro de los puntos que se resaltó, fue la afluencia de gente que recibió la Feria Internacional del Libro de Bogotá - FILBo, en su regreso a la presencialidad este 2022, donde se evidenció un gran cambio en el consumo del libro, y en la intención de las y los ciudadanos de consumir nuevas lecturas.
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