El caso de Killian Franco, un niño de 11 años de edad y estudiante de quinto de primaria, es uno de los mejores ejemplos para destacar la gestión de a diario realiza el equipo interdisciplinario del hospital El Tunal, quienes en esta ocasión le dieron a este pequeño la nueva oportunidad de patear un balón.

La odisea para Frandy Díaz, madre Kilian, empezó cuando su hijo fue atropellado por un vehículo en el barrio Sotavento, de la localidad de Ciudad Bolívar.

Su estado fue crítico, pues según cuenta el doctor Marco Salazar, el niño llegó con fracturas, politraumatismos y pérdidas de piel, músculo y sangre que comprometían su salud, e incluso ponía en riesgo algunas de sus extremidades y órganos vitales.

Por esta razón, fue necesaria la oportuna intervención por parte de médicos expertos quienes durante su proceso le practicaron practicarle 15 cirugías plásticas, 3 de ortopedia y 2 de cirugía pediátrica, lo cual le devolvió a Kilian la oportunidad de continuar su vida con normalidad, pues tal fue el éxito de los procedimientos que no fue necesaria la amputación de alguna de sus extremidades.

“Lo primero que se hizo fue una transferencia de tejido muscular a las zonas afectadas, por supuesto, previos lavados quirúrgicos para evitar infecciones. Posteriormente, se hicieron injertos de piel”, explica el doctor Marco Salazar, coordinador del servicio de cirugía plástica del hospital El Tunal.

Luego de varias semanas de una satisfactoria recuperación, Kilian continúa recibiendo atención oportuna en el mismo centro asistencial en la que expertos en fisioterapia le garantizan una adecuada rehabilitación.

Durante el último año, el hospital El Tunal ha atendido cinco casos similares al de Kilian, en donde gracias a labores de los profesionales del equipo médico han permitido salvarles la vida a estos pacientes.

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