Expertos historiadores y teóricos explicaron el origen y la transformación del oficio tradicional del lustrador de calzado en Bogotá.
"Comienza más entrado el siglo XX, no tanto en el siglo XIX como sucedió en Inglaterra, sino en el siglo 20 y va unido a la extensión y desarrollo urbano de Bogotá, particularmente cuando comienza a extenderse hacia el norte de la ciudad", dijo Ricardo Arcos, filósofo y teórico de la cultura.
"Era frecuente para que fueran los niños, Bogotá asume una cantidad de gente de diferentes regiones y muchos huérfanos, entonces son los niños los que son los emboladores", señaló Jimena Montaña, historiadora.
Las clases más pudientes comenzaron en ese momento a usar zapatos de cuero y eso generó un desarrollo industrial, pero debemos recalcar que años atrás solamente las clases más populares calzaban alpargatas, teniendo en cuenta la tradición campesina.
"Los lustrabotas generalmente pasaban de casa en casa porque no teníamos aún casi espacios públicos como tales, las plazas todavía eran solo espacios de mercado".
A finales del siglo XIX, el parque del Centenario en la calle 26 fue el primer espacio público contemplativo y luego con el parque de La Independencia en 1910 se abrieron espacios para que la gente pudiera estar allí y llegara alguien a limpiarle los zapatos.
"Tenemos que recordar que es un oficio muy masculino, dirigido a hombres, porque uno no veía a mujeres arreglando el calzado y el lustrabotas cuando iba a la casa limpiaba el calzado de la señora", recalcó la historiadora.
Aquí el informe completo:
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