Foto: Andrés Rivera

El Papa Francisco rendirá homenaje el domingo al legado de justicia social de su modelo San Pedro Claver, que evangelizó y sirvió a los esclavos en siglo XVII, desafiando a sus amos españoles que los trataban como si fueran muebles.

El Sumo Pontífice concluye su viaje de cinco días con una parada en Cartagena, la ciudad caribeña amurallada que fue una puerta de entrada para la trata de esclavos en el Nuevo Mundo.

Se espera que el Papa aborde en esta ciudad portuaria la necesidad de acabar con la pobreza y la desigualdad social para evitar la violencia, en momentos en el que país implementa un acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC para poner fin a un conflicto de más de 50 años que ha dejado 220.000 muertos.

Claver, quien murió en 1654, es reverenciado en América Latina, especialmente por jesuitas como el Papa Francisco, por su trabajo con los pobres y marginados, incluidas las víctimas de la brutal trata transatlántica de esclavos que fueron compradas y vendidas en Cartagena.

Francisco, conocido por hablar sobre la justicia social, siguió los pasos de Claver cuando abandonó la academia como joven jesuita para trabajar directamente con los pobres en Argentina, su país natal.

El Sumo Pontífice aprendió la historia del santo como seminarista, dijo Sean Salai, sacerdote jesuita y autor de un libro sobre los santos que influyeron en Francisco.

"Hay muchas similitudes que resuenan en el Papa Francisco, en el sentido de este joven jesuita latino que tiene este encuentro transformador con los pobres y se mueve fuera de su cabeza un poco, se mueve fuera de su intelecto y se mueve en una relación más directa con el pueblo de Dios", dijo Salai.

Claver pidió ser enviado a Cartagena y allí comenzó a abordar embarcaciones de esclavos para darles comida y evangelizar a los cautivos enfermos en cabañas en la playa.

"En una carta se llamó a sí mismo 'el esclavo de los esclavos por siempre' y este encuentro con los pobres lo transformó, muy parecido al Papa Francisco, que renunció a la idea de hacer un doctorado en teología para estar más cerca del pueblo", sostuvo Salai.

Multiplicar la ayuda

Durante su visita a Cartagena, ciudad cuyo distrito histórico es popular entre los turistas extranjeros, pero que tiene profundas diferencias socioeconómicas, Francisco bendecirá a los participantes de dos programas sociales y recitará la oración del Ángelus en la iglesia en donde reposan los restos de San Pedro Claver en una urna de cristal dentro del altar.

"Vine a recibir su bendición, a escucharlo", dijo Liney Galindo, de 32 años, una turista de la ciudad norteña de Barranquilla. "Que Dios lo ilumine para que traiga un mensaje de perdón, de reconciliación, el saber entender al prójimo".

Antes de la llegada de Francisco, vendedores callejeros afrocolombianos pobres se situaban en las escaleras del templo que data del siglo XVI, ofreciendo a los turistas joyas de coral y perlas, leche de coco y frutas tropicales.

"Creemos que puede ayudar mucho con sus oraciones a este pueblo con tantos problemas, a ver si un día vivimos tranquilos", opinó Alberto Jaramillo, de 72 años, mientras se sentaba en un banco dentro de la calurosa iglesia.

Francisco se reunirá con jóvenes de un programa de prevención de la prostitución infantil -el turismo sexual, especialmente por parte de extranjeros, es un problema común en la ciudad- y con personas sin hogar que reciben alimento a través de un programa de la iglesia.

El arzobispo de Cartagena, Jorge Jiménez, espera que la presencia del Papa impulse los programas de ayuda a la comunidad. "Lo que necesitamos es poderlos multiplicar porque aquí los dos problemas son muy grandes en la ciudad", dijo Jiménez a Reuters. (Editado en español por Nelson Bocanegra)

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