La pandemia por coronavirus ha cambiado para muchos la forma de trabajar, pero este no ha sido impedimento para que los jardines infantiles continúen con su labor de orientación pedagógica en la ciudad. Aquí la historia de una profesora de la localidad Usaquén realiza su labor en medio del aislamiento.

Estos espacios que solían permanecer llenos de niños, música, rondas infantiles y diversión, desde hace cuatro medes están vacíos, una ausencia que sienten tanto estudiantes como profesores.

“Esta es una casa y únicamente el jardín lo llenan los niños, el jardín son los niños, nos hacen muchísima falta”, cuenta Judith Adriana Valcárcel Triana, docente del jardín infantil Sol Naciente.

Desde hace 12 años Judith trabaja en jardines infantiles y hace 4 está en Sol Naciente, de la localidad Usaquén, con un grupo de niños y niñas entre los 6 meses y 4 años. La emergencia sanitaria le ha impuesto un nuevo reto, ahora lo hace de manera semipresencial. Algunas clases las da por internet y otras en las casas.

"Tenemos contacto con ellos por medio de las interacciones virtuales, por medio de las videollamadas, por medio de los mensajes con las familias, se ha logrado un acercamiento clave y crucial con las familias también, favoreciendo los vínculos afectivos", explica esta maestra.

Para ella, más que un trabajo, es su vocación: "Cuando decidimos ser maestras, es llevar en nuestra sangre cada uno de los procesos de ellos, es cómo nosotros nos involucramos cada día con ellos”, recuerda ella.

La Secretaría de Integración Social atiende a más de 1.016 niños y niñas, en esta zona del norte de la ciudad, quienes a pesar de la distancia continúan encontrándose con sus maestros.

Aquí la historia completa:

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Por: Yajaira Perea

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