Agentes E.C.O. - Serie infantil para salvar el planeta | Capital

Rafaela ya está pensando en su futuro, y sabe que sólo lo tendrá en un planeta limpio y habitable. Decidió formar un colectivo juvenil de prevención y promoción ambiental que, para atraer a niños menos cuadriculados y precoces que ella, convirtió en una “agencia secreta”, con una improvisada base de operaciones en el vivero de su abuela. Como líder del equipo, Rafaela preside todas las reuniones y llama al orden cuando los demás discuten o se desvían del tema. Es seria y concisa, pero de vez en cuando intenta romper el hielo con algún comentario ingenioso que ninguno entiende.

Siempre ha sido un niño privilegiado, con acceso a todo tipo de tecnología y dispositivos que aprendió a manejar a temprana edad, pero particularmente criado por la cultura de las redes sociales; es apenas natural para él saber dónde está todo el mundo a todo momento. Persuadido por el activismo ambiental de sus influencer y youtubers favoritos, Rubén ha decidido poner su habilidad para localizar y seguir personas a través de sus redes. Como todo experto en plataformas sociales, no es muy social en la vida real, huye al sol y a todo lo que implique actividad física, prefiriendo siempre ayudar al planeta como mejor puede, sentado frente a un computador. Aunque es tímido, nunca pierde oportunidad para hablar de sus intereses con el equipo, a quien considera sus mejores y tal vez únicos amigos no virtuales.

Solía ser la pesadilla del salón de clase: un bromista empedernido con poco o ningún interés por estudiar, pero experto en remedar a sus compañeros y profesores. Sin embargo, fue reclutado por Rafaela, que vio en su histrionismo y actitud temeraria un perfecto agente de campo. Richie no ha dejado de ser rebelde, y un poco sobrado, pero comparte la convicción de sus compañeros agentes: siempre está concentrado en cumplir con la misión, sin importar que cuentos, a veces demasiados rebuscados, tenga que inventar de improviso para proteger su identidad encubierta. Aunque siempre está listo para actuar, es paradójicamente el menos versado en temas ambientales, por lo que siempre tendrá preguntas que pueden parecer básicas para sus compañeros, pero serán útiles para explicar conceptos básicos a la audiencia.

Con una curiosidad voraz que la ha metido en más de un problema, Rosita nunca deja de preguntarse cómo funcionan las cosas; puede reparar cuanto cacharro se le atraviese, pero la frustra no poder lograr lo mismo con las personas. Siendo la preferida y más consentida de sus compañeros agentes, no tiene paciencia con los adultos y es quien más duramente los juzga. Suele sugerir soluciones ecológicas exageradas, que implican alguna invención intrincada que el equipo siempre rechaza con delicadeza.