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Cuidadoras de hogar, guerreras en medio de la cotidianidad

Seguramente has escuchado hablar sobre la igualdad de género, un término que ha estado en auge los últimos años y que ha generado grandes avances respecto a la equidad entre las mujeres y los hombres, sin embargo, la desigualdad sigue vigente, y a pesar de que se han sumado muchos esfuerzos para combatirla, aún hay mucho trabajo por hacer en esta materia, ¿por qué? Aquí te lo contamos.

Según cifras de Naciones Unidas, una de cada cinco mujeres y niñas, el 19 % de estas entre los 15 a 49 años, han sufrido violencia física y/o sexual por parte de una pareja íntima.

Solo el 52 % de las mujeres casadas o en una unión toman libremente sus propias decisiones sobre relaciones sexuales. Y, en 18 países, los esposos pueden impedir legalmente que sus esposas trabajen. Parecen datos de otra época, pero aún en el 2021 se siguen presentando este tipo de estadísticas.

En medio de las desigualdades y la brecha de género que existe hoy en día, nos encontramos con la economía del cuidado. Según la Ley 1413 de 2010, la economía del cuidado se define como el trabajo no remunerado que se realiza en el hogar, relacionado como el mantenimiento de la vivienda, los cuidados a otras personas del hogar o la comunidad y el mantenimiento de la fuerza de trabajo remunerado.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible relacionado con la Igualdad de género responde a la necesidad de brindarle mejores condiciones económicas y sociales a todas las personas que realizan este tipo de trabajo, que, según estimaciones del DANE, son en su mayoría mujeres que aportan cerca del 76.7 % del valor del trabajo de cuidado no remunerado monetariamente, y alrededor del 74 % de las horas trabajadas.

¿Te has puesto a pensar sobre el valor del  trabajo que realizan las amas de casa y su transformación en una economía? Las mujeres son las que más tiempo le dedican al hogar, y aunque muchas de ellas tienen un horario laboral, deben llegar a sus casas a continuar con una extensa jornada para hacer que todos los integrantes del hogar puedan también cumplir con su papel en la ciudad.

Aunque las autoridades de todo el mundo han implementado estrategias para reconocer y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no remunerado mediante servicios públicos, infraestructuras y políticas de protección social, y promoviendo la responsabilidad compartida en el hogar y la familia.

Lamentablemente, el COVID-19 retrasó los pequeños avances que se habían logrado, pues según Naciones Unidas, el trabajo de cuidados no remunerado de las mujeres ha aumentado de manera significativa como consecuencia del cierre de las escuelas y el aumento de las necesidades de los ancianos.

Además, la pandemia también ha conducido a un fuerte aumento de la violencia contra las mujeres y las niñas. Con las medidas de confinamiento, muchas mujeres se encontraron atrapadas en casa con sus abusadores.

Por eso, proteger a las mujeres que son las encargadas de la economía del cuidado es de vital importancia, no solo por el papel que desarrollan, sino porque son pieza clave para la productividad y desarrollo de un país.

¿Y cómo puedes contribuir tú a cumplir con esa meta? Si de algo estamos seguros es que los objetivos propuestos, deben ser prioridad no solo para las autoridades gubernamentales, sino también para los ciudadanos del común.

Así que aprende a valorar el trabajo de las amas de casa, las personas que se dedican a los hogares y a cuidar a las personas mayores o a los niños, pues tienen un papel determinante  en la sociedad actual.

Si quieres conocer más sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible no te pierdas nuestras series documentales reINVENTARSE y Consensos Mínimos por Capital.


Disfruta de los capítulos y los podcasts estas dos producciones en las siguientes lista de reproducción de YouTube:


reINVENTARSE 


Consensos Mínimos