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Capítulo: Jaime Bedoya, mejor billarista en la historia de Colombia.

El billar es una actividad de origen Francés; un juego de élites y de reyes. El legado de sus practicantes atravesó el atlántico y llegó a América a comienzos del siglo XIX como un deporte para aficionados, que luego se convirtió en pasatiempo de las cafeterías, de los sitios para adultos y de las zonas donde preferiblemente los hombres vendían y consumían licor.

Entre 1920 y 1930 empiezan a abrirse sitios para la práctica del billar en el centro de Bogotá que tenían características marcadas y casi necesarias para atraer a los jugadores; eran lugares oscuros, lúgubres y que daban la sensación de guardar secretos de negocios ilegales, imagen que creo de cierta manera el cine de la época hecho en los Estados Unidos y Europa.

Pero al ser una actividad que requería máxima concentración, inteligencia, memoria y entrenamiento, el billar pasó a ser considerado un deporte ciencia y creció rápidamente el número de practicantes en la capital. Según datos de la Federación Colombiana de Billar, Bogotá tiene el 30 % de los biliares del país y es la segunda ciudad con más mesas per cápita en el mundo, lo que hace que permanentemente surjan deportistas destacados y en algunos de altísimo rendimiento profesional como el protagonista de este capítulo de la serie DE LOCAL.

Jaime Bedoya nació en Antioquia hace 64 años, pero desde que era un niño llegó a vivir a Bogotá en el Barrio Olaya Herrera, de la localidad Rafael Uribe Uribe. Allí comenzó a conocer a los mejores jugadores de la zona que le triplicaban la edad, pero que no tuvieron problema en enseñarle las primeras técnicas de este deporte.

Jaime tenía un talento innato y pronto comenzó a destacarse entre los adultos experimentados, siendo apenas un adolescente. Su fama de jugador se extendió pronto hacia los billares del centro de la ciudad en los que conoció a otros maestros ya consagrados como Mario Criales, nacido en Aracataca, Magdalena.

De ellos, Jaime Bedoya aprendió aún más sobre el deporte y pronto comenzó a destacarse en campeonatos aficionados. Luego participó en su primer campeonato departamental en 1965 en Girardot y consiguió el título, lo que le abrió la puerta para entrar con fuerza en los torneos nacionales. Desde ese año Jaime Bedoya no paró de cosechar triunfos dentro y fuera del país hasta convertirse, no solo en el mejor jugador de Colombia, sino en el quinto mejor billarista del mundo, ranking que hasta el momento no ha logrado alcanzar ningún otro jugador nacional.

Jaime hoy está retirado de la competencia profesional, pero todos los días entrena entre 3 y 4 horas en el Club Chapinero ubicado en la Calle 57 con Avenida Caracas. En este lugar Jaime ha logrado colaborar con la formación de nuevos billaristas y hacer de su deporte un canal para el sano entretenimiento.

Luego de viajar por todo el mundo para participar por Colombia en torneos suramericanos, panamericanos, Juegos Mundiales y copas mundo, Bedoya hizo de una esquina de la localidad de chapinero su lugar en el mundo y allí pasa más de 20 horas a la semana entrenando y enseñando sus mejores jugadas.

La capital no solo le sirvió para consagrarse como deportista sino para establecerse como ciudadano. Conoce sus calles y sus barrios como cualquier bogotano de nacimiento y por supuesto sabe donde se ubican los mejores clubes de billar, cuales son las mejores mesas y donde están los futuros campeones en este deporte.

Jaime vive en el barrio Nueva Alsacia en la localidad de Kennedy junto a su esposa y se desplaza todos los días a su entrenamiento entre las 10:00 am y las 3:00 pm. Tiene dos hijos, uno de ellos periodista y presentador de noticias en en canal REDMAS quien también habla en este capítulo acerca del orgullo de saber que su padre es aún el jugador colombiano de billar que más alto ha llegado en el ranking mundial.

Así mismo sus mejores amigos recuerdan cómo aprendieron del “Maestro Jaime” los secretos del juego y todo lo que compartieron cuando Jaime era una verdadera estrella mundial del billar.