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“El silencio lo que hace es empoderar a los agresores”, Carolina Rozo quien destapó el acoso sexual en el fútbol femenino

“En el momento que este señor se iba a declarar culpable tuve un momento de pánico; sudaba frío, lloraba, estaba sola ahí escuchándolo, él desviaba su acusación. Se me acercó una de sus víctimas de hace más de 20 años, me tomó de la mano y cuando escuchamos que se aceptaba culpable de su boca sentimos un momento de satisfacción”.

Carolina Rozo es la representación de un rostro y una voz firme por la dignidad de las mujeres. Ella, a sus 33 años, fue víctima de acoso laboral y sexual en la Selección colombiana de fútbol cuando cumplía sus labores como fisioterapeuta en la categoría femenina Sub-17, a manos y voz de Didier Luna, ex director del equipo técnico de esta división. El 12 de febrero de 2020 luego dos años del proceso y luego de un preacuerdo, Luna se declaró culpable de acoso sexual y laboral.

“Lo miré a la cara y le dije que tenía que pedir unas disculpas públicas y que yo estaba ahí para ser la voz de muchas mujeres a las que le había dañado su proceso de trabajo en el fútbol femenino”, cuenta Carolina.

El acoso sexual y laboral al que Carolina fue sometida está representado en Médulas: sanando  de raíz, la serie documental animada de Capital que recorre historias reales de mujeres que sufrieron algún tipo de discriminación, violencia de género o inequidad.

Mi experiencia haciendo Médulas: sanando de raíz fue muy bonita porque estos espacios para las mujeres no se han tenido muy de cerca y creo que el poder contar la historia a través de esta experiencia con el equipo de Médulas fue muy enriquecedor y espero que de igual manera sea para todas las mujeres que vean la serie y ese tipo de historias que tratan casos reales y mujeres reales.

El caso de Carolina llegó a lugares inimaginables, “tuve entrevistas desde Polonia, Grecia, publicaron la historia en New York Times, The Guardian, cuenta Carolina Rozo demostrando el valor que requiere enfrentarse a una institución tan poderosa en nuestro país como es el fútbol.

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El temor ha dejado que muchas veces las mujeres no se atrevan a denunciar, Carolina se enfrentó a un gigante irrisoriamente poderoso en Colombia: el fútbol, y con su caso sentó un precedente de los derechos de las mujeres y del acoso laboral no solo en el deporte sino en varios escenarios.

“Muchas mujeres se callan por no llevar este tipo de procesos tan tediosos, por no ser juzgadas y señaladas y porque todavía existe un tema sociocultural que para nadie es un secreto que es el machismo. Esas son algunas de las barreras que hay que ir rompiendo y através del silencio no lo vamos a lograr, el silencio lo que hace es empoderar a los agresores y por eso es tan importante denunciar y levantar las voz y decir “aquí estoy, yo pasé por esta situación” sin vergüenza alguna”, comenta Carolina.

Carolina hacía parte de la selección Sub 17 en donde se encontraban niñas menores de edad que también fueron víctimas de violencias y abusos de los cuales algunas preferían guardar silencio. El impulso para poner la denuncia penal a su victimario nació de varias partes: sentir que tenía que hacer algo para proteger a las menores con las que trabajaba, su familia, pero sobre todo, la llenó de valor algo propio y por lo que nadie más iba a batallar como ella misma: su dignidad.

No es justo que las mujeres lleguemos a un trabajo, a querer cumplir nuestros sueños y nuestras metas y lo veamos truncado por cualquier persona que se aproveche de la subordinación y te pida cosas a cambio con tal de llegar a las metas de lo contrario va a perder el trabajo. Hice la denuncia por mi dignidad; es el deber ser”, comenta.

El lamentable diagnóstico del fútbol femenino en Colombia

Luego de las denuncias que presentó ante la Fiscalía,  la vetaron en el fútbol y estuvo desempleada  “ese fue el castigo que tuve que pagar”, cuenta.

Luego ingresó a trabajar con el Sindicato De Futbolistas Profesionales, en donde hizo gestiones con las futbolistas y entró a conocer el fútbol profesional femenino pero dice q lamentable el diagnóstico:

“Se ve mucho abuso y machismo en algunos dirigentes de la Dimayor y en la Federación de Colombia Fútbol, además de la vulneración a sus derechos. A las mujeres no les dan la oportunidad de tener un respeto a su trabajo y a su profesión, ellas se sacrifican mucho y no tienen una sostenibilidad en el deporte. Se ve la falta de respeto a la mujer y la falta de vocación de algunos dirigentes en querer apoyar el deporte”.

Las mujeres, sobre todo en el fútbol, necesitan gestoras que las asesoren en los contratos, negociaciones y en los derechos que tienen.

Actualmente trabaja con la ONG española Fundación Ciencias de la Documentación: mujeres líderes de las Américas, en donde coordina el área deportiva femenina en Colombia, allí trata de empoderar a las mujeres en temas de violencia de género. También publicará un libro sobre el abuso en el deporte.

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La justicia, el preacuerdo y la culpabilidad de Didier Luna

Me malinterpretó”, dijo Didier Luna cuando se le acusó en primera instancia. Frases como esta se suelen escuchar no solo en los victimarios sino en la sociedad, el juego acá, de querer reducir a la mujer y confundir a la sociedad, ha llevado a muchas mujeres a dudar sobre el acoso. Carolina, por ejemplo, al inicio del acoso tuvo que investigar en qué consistía esta violencia. La sociedad ha hecho que sea más fácil atacar las inseguridades que detectar los abusos.

“Yo en el momento que ingreso intento llevar una buena relación con mi equipo pero llega un punto en que las cosas van pasando muy repetitivamente y se siente uno muy incómodo. Yo en ese momento no sabía nada sobre derechos, qué era el acoso sexual y que teníamos una ley que nos protegía y que tenía el delito como tal. Cuando empiezan a suceder esas cosas le digo a la psicóloga de la Selección que me siento muy incómoda con la situación porque ya tenía  muchos acercamientos y eso me molestaba. Ella me dice a mi “tranquila, eso es normal, son patrones de comportamiento”, eso me causó la curiosidad y empecé a investigar sobre el tema del acoso sexual.

Me dije: “bueno, creería yo que estoy siendo acosada, me siento molesta y muy incómoda, ” no dormía, empecé a tener episodios de depresión cuando llegaba a mi cuarto y pensaba en qué iría a pasar al otro día. Las víctimas que hemos pasado por una situación de estas llegamos a sentir una parte culpabilidad. Uno se dice: “¿será que estoy haciendo algo para que esta persona se comporte así?”, esa serie de sentimientos llegan a confundirte y te causan daño. Ahí reconocí que estaba siendo acosada además de ver el comportamiento del extécnico con las jugadoras”.

Carolina pasó tres años preparándose para defender su dignidad, entre audiencias anunciadas abruptamente, cuando le notificaban sobre las mismas sin dejarle el tiempo para acceder a un defensor, búsqueda de testimonios, señalamientos, episodios de ansiedad y depresión, Carolina reconoce que el momento más difícil de todo lo que vivió, fue un episodio de acoso que lo recuerda y cuenta con valor.

El momento más doloroso fue cuando tuve que enfrentar a esta persona (Didier Luna) en el momento en que me dice que él quería tener algo conmigo, empieza a hacer promesas y decirme una serie de cosas que me hicieron sentir que yo tenía un aspecto o personalidad  que le hacían pensar que yo  fuera a acceder a esas pretensiones.

Mi autoestima se fue al piso y más cuando me dice “tenga cuidado porque le voy a dar un beso” o “regálame un pedacito de tu corazón” y sentí que él era capaz de hacer cosas a las que yo no me iba a doblegar.  Ahí me dije que tenía que parar, me niego a todas sus palabras, le digo ”no, yo no vengo a buscar eso” y él se pone muy molesto y se va. Justo luego de esto voy a llorar a mi habitación y pienso en lo injusto que era todo, ¿quién no quiere estar en una Selección Colombia? Me llevaba muy bien con las jugadoras y solo pensaba en que estaba en juego mi carrera y mi participación con ellas en la Selección.

En la etapa del juicio oral, Carolina había preparado esta diligencia con los testigos del caso con un arduo trabajo detrás para conseguir sus voces: El abogado de Luna llama a decir que el extécnico no iba a estar, a mi se me derrumbó todo y es ahí cuando él empieza a dilatar el proceso y tengo que tomar  decisiones dolorosas que llevaron el caso en el punto en que llegó”, comenta Carolina.

Teniendo el concepto de que aquí la justicia es muy flexible y garantista y ya viendo cómo se fue dando su comportamiento (Luna) y como venía la situación cuando él empieza a dilatar el juicio tuve que hacer el preacuerdo en donde se denigraba el delito sin embargo era la única opción que tenía.

Quedé satisfecha en que se sentó el precedente de lo que este señor hizo. Muchas mujeres que se quedan en silencio me agradecen, pero creería que las leyes se tienen que mejorar para ese tipo de delitos.

El preacuerdo al que se refiere Carolina es el que le propuso el abogado de Luna que consistía en que si Luna se declaraba culpable por acoso sexual el delito se le cambiaría a uno con una pena más baja. Ahora sería injuria por vía de hecho, que es una manera de decir que las acciones de Luna ofendieron el honor de Carolina. Su pena ya no sería de 3 años sino de 28 meses sin prisión, y así se le sentenció finalmente.

“Quiere fama”, “quiere dinero”, fueron algunas de las voces que se escucharon por parte de la Federación Colombiana de Fútbol, pero a hoy, aún con la sentencia  de Didier Luna  a 28 meses de prisión, la Federación nunca ofreció disculpas a Carolina, teniendo en cuenta que fue el primer lugar donde hizo la denuncia y notó una complicidad por parte de los directivos y Luna que poco serviría de apoyo en su caso.

En estos días, tras tres años de iniciado el caso, la Federación le comunicó que abrirán el caso disciplinario. Cabe añadir que en medio del proceso a Luna lo certificaron para entrenar a niñas y niños.

Muchas mujeres temen a hacer las denuncias por caer en la revictimización, el aparato judicial, según Carolina, deja muy difícil poder comprobar un acoso sexual y laboral, ella, desde un principio supo a lo que se enfrentaba y a que la revictimización no iba a a ser un obstáculo, el único camino era llenarse de valor.

Me he sentido revictimizada todo el tiempo”, (y suelta una risa) “finalmente yo decidí que iba a estar presente en las audiencias poniéndole la cara a la verdad. Hay un momento en el que uno tiene que volver a ver a su agresor pero creo uno se va volviendo más fuerte y se va adaptando. O se queda uno como la víctima eterna o saca las fuerzas para mostrar su verdad y dejar de lado la revictimización. Hay muchas mujeres que han sido abusadas de una manera brutal, ahí sería muy difícil y entendería a la víctima”.

El mensaje hacia las mujeres víctimas de acoso

"El miedo nos paraliza, es uno de los factores que impide muchas cosas y fisiológicamente nos paraliza la mente y poder denunciar. Si han pasado por esto no se lo guarden, hay cosas que quedan tan guardadas en la médula, tan internamente que de un momento a otro, en cualquier parte  de tu vida va a hacer estragos y no vas a sanar de raíz. No se guarden eso; denuncien, esa es la única manera que yo veo que podemos ser más respetadas y lograr  igualdad”.

Sé parte de la sanación y de la liberación del miedo en Médulas: sanando de raíz donde encontrarás esta y más historias que nos revelarán la fortaleza de mujeres que crecen con ramas fuertes luego de la violencia, inequidad de género y las injusticias sociales.

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