No hay sensación más deleitante que un sonido potente en medio del frenesí de un concierto. Por eso, muchos de los asistentes se salen de sus "cabales" y comienzan lo que, por años, ha sido una tradición en los conciertos de rock: el pogo.
Este baile que se ganó los adjetivos de loco y peligroso, resultó siendo el aura de un ritual que se ha practicado desde hace más de 50 años en conciertos de rock. Su principal causa es la música acelerada y los ritmos salvajes.
El pogo terminó siendo, por excelencia, la expresión de felicidad y la danza de la escena rockera en pleno.
Pero ¿cuándo se empezó con este peculiar baile?
El albor de la música punk trajo consigo una ola de descontrol gracias a sus canciones contestatarias, convirtiéndose en la causante de los primeros síntomas de lo que sería poguear en el Reino Unido.
Aunque es difícil precisar con exactitud quién o qué fundó el pogo, muchas versiones apuntan a que este baile se le debe a John Simon Ritchie, más conocido por ser bajista de la emblemática agrupación: Sex Pistols.
En una entrevista que reúne el popular documental: "The Filth and the Fury", el bajista de Sex Pistols le contó a un grupo de periodistas la anécdota que lo catapultó como el creador del pogo:
"Empecé con eso del pogo porque odiaba al grupo Bromley. Inventé un baile que me permitía empujarlos por todo el 100 Club. Podía saltar hacia arriba y hacia los lados, aterrizaba encima de ellos y los tiraba al suelo", precisó en dicho documental.
Grandes referentes de la música punk como Billy Idol han defendido esta tesis de otorgarle la invención del pogo a Sid Vicious, alias del bajista de Sex Pistols.
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Sin embargo, en 1920, existía un popular saltarín llamado Pogo Stick, creación de los alemanes Max Pohlig y Ernst Gottschall. El nombre del juguete, al parecer, se debe por la unión de las primeras sílabas de los apellidos de sus creadores. Y algunos, más osados, le atribuyen el origen del baile a estos europeos.
Lo cierto es que este baile se popularizó con el frenesí de los conciertos de la legendaria banda de punk británica Sex Pistols.
Asimismo, a lo largo de los años el pogo fue adquiriendo, por sentido común, una especie de manual para evitar al máximo lastimar a los demás:
- Levantar a quién se cae durante esta práctica.
- No entrar a poguear con intenciones de lastimar a una persona específica.
- No buscar problemas personales dentro del pogo.
Estas tres reglas de oro para los rockeros han permitido que este popular baile siga siendo la muestra de que un concierto estuvo bueno, o como dirían algunos: que el evento la rompió.
Cuéntenos en nuestras redes sociales: ¿cuál fue el pogo más extremo en el que estuvo?
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