Hasta hace poco, la llamada enfermedad de Panamá que es causada por el Fusarium RT4 no había llegado a territorio latinoamericano donde se generan las dos terceras partes de la producción mundial bananera. Pero en junio de este año se activaron las alarmas cuando se confirmó la presencia de este hongo en Colombia.

Sobre esta enfermedad existen antecedentes desde finales del siglo XIX, pero para la década de los 40 fue detectada en Panamá (de ahí su nombre) y en cuestión de años, se extendió llegando también a Asia y afectando profundamente la producción bananera de ese tiempo.

El protagonista en esta historia es el Fusarium oxysporum, un hongo resistente a los fungicidas que ataca las raíces de la planta, bloquea y tapa su tejido vegetal, hace que se empiecen a marchitar las hojas, después hace necrosis y finalmente hace que la planta muera por completo.

Gert Kema, profesor de Fitopatología Tropical de la Universidad de Wageningen en Países Bajos, explicó a la Agencia Anadolu las diferencias entre la amenaza de hace 50 años con la que se enfrenta ahora y cómo, gracias a los avances tecnológicos, se pueden idear cada vez más soluciones para evitar la desaparición de esta fruta.

Hace 50 años, menciona Kema, la especie Gros Michel “era el banano más popular y consumido en el mundo”, pero con la diseminación del Fusarium se perdieron grandes plantaciones bananeras y el sector agrícola se enfrentó a un gran desafío. Entonces se empezaron a buscar soluciones y en una mansión señorial ubicada en Derbyshire, Inglaterra, llamada Chatsworth House, encontraron una especie que se convertiría en la que consumimos actualmente: la Cavendish.

La Cavendish es una especie que se cree fue descubierta en Vietnam o en el sur de China, señala Kema, y fue cuidadosamente mantenida en jardines botánicos hasta llegar a Chatsworth House.

“Al iniciar el proceso de cultivo de esta especie, se descubrió que era resistente al hongo que causaba la Enfermedad de Panamá”, relató el profesor y describió esta especie como “un milagro que permitió salvar toda la industria bananera en América Latina”.

“Es algo muy interesante porque es un ejemplo único en el que se ve la resistencia de la Cavendish, primero salvó la industria y el sustento de muchos granjeros y segundo, esta resistencia fue muy duradera, hablamos de unos 70 años, teniendo en cuenta que esta especie logró florecer en el mismo suelo que mató tantas Gros Michel”, señaló Kema.

Para entender el fenómeno que amenaza a los bananos actualmente, Kema indica que “así como esta especie logró adquirir la resistencia, los hongos también encontraron la manera de mutar y poder matar esta variedad resistente”.

Según explica el profesor, lo que se presenta en este momento es una mutación del Fusarium oxysporum, que avanzó a un tipo conocido como la raza tropical o el RT4.

Este hongo apareció en “Taiwán y luego llegó al Occidente, Pakistán, India, África y ahora a América Latina”, asegura Kema.

Caso Colombia

Según Gert Kema, la situación en Colombia puede ser un poco diferente a otros países.

“No hablamos de solo unas cuantas plantas, como sucedió en algunas partes de Queensland, Australia, donde detectaron algunas plantas con la enfermedad de Panamá y luego tomaron medidas de seguridad apropiadas. Parece que en Colombia no se está hablando de algunas, sino de cientos o miles de plantas”.

“Esto por definición es estar fuera de control porque es un indicio de que el hongo pudo haber estado ahí mucho más tiempo de lo que se cree”, señaló el profesor. Agregó que “se requiere una operación masiva y la implementación de la tecnología para detectar cuál es verdaderamente el borde, en dónde termina esta diseminación para poder enfocar la atención en el área y evitar que se extienda a otros lados”.

Con información de KienyKe

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