En ‘Sin Excepciones’ de Mesa Capital, Carol Figueroa invitó a dos especialistas en temas de aborto, para analizar cuál es la situación actual en el país y cuáles son los retos y los caminos a tomar para lograr la implementación.

La decisión ha despertado debates en distintos sectores, sin embargo, las protagonistas son las gestantes que, según Diana Díaz, médica especialista en salud sexual y reproductiva, no toman la decisión de suspender el embarazo a la ligera.

“Las mujeres que llegan a los servicios, lo hacen porque han hecho una reflexión profunda sobre lo que significa asumir la maternidad, asumir el proceso biológico, asumir el dar a luz, el rol de la crianza y todo lo que significa ser mamá y dividen que eso no se alinea con su proyecto de vida”, indicó Diana Díaz, médica especialista en salud sexual y reproductiva.

Según datos del 2017 de la Organización Mundial de la Salud, cada año se realizan 55 millones de abortos en el mundo, y de esos 55 millones, 25 millones se realizan de manera insegura en condiciones de clandestinidad, sobre todo en países en vías de desarrollo.

Esto quiere decir que muchas de esas mujeres sufren complicaciones médicas, fácilmente previsibles y tratables, que por producirse en la clandestinidad, terminan o con la muerte de ellas o dejándoles graves secuelas físicas. 

En Colombia, la Corte Constitucional despenalizó completamente el aborto el 21 de febrero del 2022. 

“La Corte exhorto al Congreso a hacer una ley en donde se entienda que la interrupción voluntaria del embarazo es un servicio de salud sexual y reproductiva”, mencionó Alma Beltrán, abogada feminista y profesora de la Universidad del Rosario.

Así las cosas, si las mujeres quieren practicarse un aborto, podrían acercarse a su EPS o IPS y hacerlo sin ningún problema; eso le quitaría el estigma al procedimiento y le corta el paso a la violencia ginecológica o psicológica.

En medio del fallo de la Corte Constitucional, el gremio de la medicina se dividió y sacó a la luz la objeción de conciencia. Por tanto, hay algunos médicos que están preparados para realizar la interrupción voluntaria del embarazo, pero por convicción deciden no hacerlo.

“La objeción de conciencia es un derecho, pero no es absoluto, es un derecho que está limitado en la medida en que obedece a razones profundas de tipo religiosos que le impide al profesional de la salud involucrarse con la prestación de los servicios”, contó Diana Díaz, médica especialista en salud sexual y reproductiva.

Ante esto, ninguna EPS puede decir que no presta el servicio por objeción de conciencia, sin embargo, el médico privado sí lo puede hacer.

De acuerdo con las especialistas invitadas, existe una tendencia a desmedicalizar el aborto, es decir, que cada mujer pueda practicar la interrupción voluntaria desde su hogar y con fármacos. 

“El acceso al aborto autogestionado no es nuevo, muchas colectivas feministas han tratado de acercar el aborto farmacológico a las comunidades”, dijo la médica especialista en salud sexual y reproductiva.

Con esto, la invitación es para que las mujeres se informen muy bien antes de autorrealizarse su aborto y entender que el aborto se puede acompañar desde casa.

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