Perdida de interés en actividades cotidianas y placenteras, aumento de peso corporal, insomnio o sueño excesivo, disminución de la capacidad de concentrarse o falta de ganas para ir al colegio son algunos de los síntomas de depresión de un niño o un adolescente en edad escolar.
Para contrarrestar posibles casos de este trastorno en edades tempranas los colegios e instituciones educativas han implementado estrategias con el objetivo de que los estudiantes puedan encontrar sus potenciales y vocaciones, sus metas y objetivos y su proyecto de vida.
Asimismo una hoja de ruta para enfrentar los obstáculos y dificultades que se presenten en el camino, sin que esto signifique sentimientos o derrota o desesperanza.
Pero ¿cuándo y cómo se debe intervenir para evitar que los niños o adolescentes caigan en depresión? ¿En qué momento cambios repentinos o permanentes de ánimo pueden ser indicio de depresión en los menores de edad? ¿Cuándo se hace necesario acudir a un profesional especializado para tratar ese trastorno en edades tempranas?
Para responder estas preguntas, estuvo En Directo María Fernanda Planas, psicóloga, magister en psicología clínica y de la familia, psicoterapeuta e investigadora clínica con enfoque sistémico y perspectiva de género con experiencia en procesos formativos complementarios de jóvenes y adolescentes y acompañamiento escolar y Juan Sebastián Hoyos, actualmente vicerrector del Gimnasio Moderno de Bogotá.
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