El caos en la salud de Bogotá a comienzos del año 2016 era preocupante y estaba afectando prácticamente a todas las áreas del servicio. Esta situación se convirtió en prioridad para la Alcaldía de Enrique Peñalosa que en ese entonces recién empezaba.

"Se ha tomado la decisión de decretar la emergencia sanitaria, porque el maltrato a la población del sur de Bogotá no puede continuar (...) con esta emergencia sanitaria se hace posible acelerar al máximo la solución para que los hospitales del sur de Bogotá funcionen como debe ser", dijo Enrique Peñalosa en febrero de 2016.

Tras declarar la emergencia hospitalaria en 2016, se agruparon los 22 hospitales públicos, que funcionaban como rueda suelta, en cuatro subredes (norte, sur, suroccidente y centro oriente).

Bogotá necesitaba una reorganización en salud que le permitiera mejorar la calidad, la cobertura, el acceso y los tiempos de atención de los pacientes.

Tras la reorganización, los pasillos de los centros hospitalarios mejoraron notoriamente, la congestión se redujo en más de la mitad y los hospitales públicos pasaron de tener 251 % de sobreocupación a 119 %.

La mejora sustancial en el servicio también se debe a la creación de los Centros de Atención Prioritaria en Salud, Caps, que ofrecen servicios de medicina general y especializada, consultas prioritarias y toma de muestras, y que hoy suman más de un 1'.200.000 atenciones.

Estos centros de atención están ubicados en barrios residenciales, en las 20 localidades, permitiendo que los usuarios ahorren tiempo y dinero en transportes. La meta es lograr 40 Caps al finalizar el 2019.

La situación de Capital Salud

Esta EPS del Distrito iba camino a la quiebra, pero fue otro de los frentes criticos que se atendió con la reorganización de la salud.

Las cifras de esta entidad promotora de salud eran escandalosas. Solo en el 2015 arrojó 367.000 millones de pesos en pérdidas, cifra que se redujo en el año 2016 a 70.000.

Pero esto cambió en 2017, por primera vez en años, Capital Salud reportó $41.800 millones en utilidades, además redujo en un 9 % las quejas y ahorró $12.000 millones en gastos administrativos.

"La EPS la recibimos con 357.000 millones de pérdidas, en el 2017 logramos disminuir el ritmo de la pérdida en 70.000 millones", aseguró Claudia Rivero, gerente de Capital Salud.

La corrupción, era otro de los males presentes en los servicios de salud pública de los bogotanos, por esto se creó la Entidad Asesora de Gestión Administrativa y Técnica, Eagat, encargada de adquirir los insumos médicos necesarios para el funcionamiento de los hospitales.

La reorganización en subredes y la implementación de estrategias como Bogotá Vital, que de una manera creativa y con lenguaje coloquial invitan a los bogotanos a cuidar su salud, han impactado positivamente en los indicadores de salud pública.

"(...) seguimos manteniendo cero casos de muertes por desnutrición, en este momento también hemos disminuido la mortalidad infantil pasando de 437 a 284 casos, la mortalidad materna, el año pasado para junio teníamos 19 casos y este año vamos en 10", dijo Patricia Arce, subsecretaria de Salud Pública.

¿Y qué viene para Bogotá en materia de salud?

Ahora viene la implementación de la historia clínica digital que contará con la información de más de dos millones de usuarios de la red pública hospitalaria y proyectos, y la construcción del Hospital de Usme, que buscan superar el rezago de 15 años en infraestructura hospitalaria que tiene la capital.

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