Procuraduría General de la Nación

La revista colombiana Semana reveló, este sábado, testimonios de militares que aseguran que, en el Ejército colombiano, del que era comandante el general Nicacio Martínez, se realizaron escuchas ilegales a magistrados de las altas cortes, políticos opositores al gobierno de Iván Duque y periodistas.

Mediante su nota periodística ‘Chuzadas sin cuartel’, el medio afirma que la salida de Martínez del Ejército, el pasado 27 de diciembre, está relacionada con las escuchas ilegales.

Semana, incluso, asegura que el excomandante del Ejército ordenó la entrega de dos equipos de espionaje a dos coroneles, uno activo y otro retirado, que no habrían sido utilizados para misiones oficiales.

“No fueron destinados a misiones y operaciones oficiales, el solo hecho de que un retirado maneje uno de estos equipos ya es irregular. Sabemos que fueron utilizados para actividades políticas”, aseguró un alto oficial de inteligencia militar.

La revista menciona que entre las víctimas de los seguimientos ilegales se encuentran la magistrada de la Corte Suprema de Justicia, Cristina Lombana; el senador, Roy Barreras, y el exgobernador del departamento de Nariño, Camilo Romero.

Uno de los militares entrevistados por la revista aseguró que la información que se obtuvo sobre Lombana fue entregada “directamente a un reconocido político del Centro Democrático”.

“Al comienzo nunca sabíamos los nombres, los jefes nos daban los datos como teléfonos, correos, etc, y ahí empezábamos a buscar la información. Conforme conseguíamos los datos nos dábamos cuenta del blanco”, mencionó otro de los uniformados.

La revista mencionó que tiene en su poder un contrato con el que se demuestra que el Comando de Apoyo de inteligencia militar (Caimi) le compró una plataforma tecnológica a una empresa española, que costó 2.999 millones de pesos, para realizar los seguimientos ilegales.

“Esta herramienta nos permite hacer de todo: meternos a cualquier computador, acceder a llamadas y conversaciones de WhatsApp y Telegram Web, descargar conversaciones de chat archivadas o borradas, fotos”, afirmó uno de los soldados que maneja ese sistema.

La revista asegura que sus periodistas también han sido víctimas de seguimientos por parte de integrantes de inteligencia del Ejército.

“No solo militares activos participaron de esas acciones. Un coronel retirado por vínculos con narcos y paras decidió ayudar a la cúpula militar anterior, de la cual era muy cercano. Para ello acudió al servicio de matones de la oficina de sicarios de San Andresito (zona de comercio en Bogotá) quienes se alternaban con los militares activos las labores de seguimientos y vigilancias contra los periodistas de Semana”, sostiene el medio.

Semana menciona que su denuncia tuvo su primer indicio en los organismos de inteligencia estadounidense. “Estos habían donado un par de sofisticados equipos técnicos, pero empezaron a recibir información según la cual algunos militares los estaban usando para fines ilegales”, describe.

Los organismos, además, conocieron que algunos apoyos económicos que ofrecieron para pagar fuentes que pudieran entregar información de misiones legales de inteligencia terminaron en los bolsillos de algunos oficiales colombianos.

Por: Agencia Anadolu

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