Generalmente cuando oímos canciones con voces, ritmos y sonidos nuevos, automáticamente nuestro cerebro empieza a comparar buscando similitud de sonidos con artistas y agrupaciones ya existentes, y es así como nos encasillamos en géneros musicales, regularmente, sin pensarlo. Por eso pienso que los géneros son importantes, pero no lo más importante en la música. Lo más importante para mí en ese sentido, son las canciones.

Colombia se ha caracterizado por ser un país multicultural, un lugar mágico dónde los departamentos, las regiones, sonidos y grabaciones de todos los géneros, compositores, arte de todos los colores, pintores, diseñadores, escultores y bailarines han sido parte fundamental de la diversidad artística que hemos hecho famosa alrededor del mundo y nos ha hecho reconocidos por el gran sabor, pasión, fuerza y esa forma única de interpretar nuestra música.

Los géneros musicales más importantes y destacados han sido la cumbia, el porro, el vallenato, la champeta, el chandé, la chalupa, el son, el bullerengue, el mapalé, el torbellino, el joropo, el bambuco, el pasillo, el currulao, la carranga, la carrilera, la guasca, la guabina, el merecumbé, entre muchos otros géneros que, por zonas, ciudades, regiones, se han venido creando y desarrollado a lo largo de los años.

Gracias a muchos compositores, músicos, intérpretes, artistas del pasado hoy por hoy, hemos llegado a construir este gran árbol musical.

Y así mismo cada país ha visto nacer géneros musicales, que finalmente vienen siendo del planeta entero, pero que su nacimiento o cuna es originariamente de una nacionalidad específica, donde ocurrió un encuentro de etnias, se mezclaron conocimientos y un principio fundamental de la música, sentimientos.

Muchos han llegado con colonización en los siglos pasados, transformando algunos ritmos y géneros en otros, le debemos mucho a las Antillas, a los africanos, en general a todos los ancestros que llegaron con nuevos estilos y e instrumentos musicales.    Casi toda la música del caribe, andina y las llanuras está relacionada. De un lado al otro durante años se ha venido, desarrollando, fusionando y mezclando.

En República Dominicana se crea el merengue, el pambiche, los atabales o palos, la bachata o juerga, en Cuba el son, la guaracha, la música guajira, la rumba, el bolero y la salsa que viene siendo un derivado de esa mezcla afrocubana y jazz, en Jamaica el reggae, en Venezuela la gaita, el vals venezolano, calipso guayanés o del callao, de Panamá son originarios el tamborito, el punto, congós, la décima y la mejorana. Cada lugar tiene ritmos y géneros por cantidades y ese tema es bastante amplio.

De Colombia la cumbia, un género que nace en épocas de la conquista y la colonia. Es un género que proviene de tres diferentes culturas: La indígena precolombina, la de los negros africanos y la española. La cumbia es el verdadero resultado del mestizaje entre las culturas de la época.

El vallenato se crea en la región caribe por La Guajira, el oriente de la Magdalena y por el norte del Cesar cuando la colonia europea que provenía de Alemania, llega con embarcaciones que trajeron el acordeón y va mezclándose con los esclavos afrocolombianos, los indígenas y con los españoles a finales del siglo XIX.

En el interior del país se fueron desarrollando una cantidad enorme de músicos, estilos y sonidos. A principios del siglo XX, Pedro Morales Pino, Emilio Murillo, Gonzalo Vidal, Luis A. Calvo, Uribe Holguín, Adolfo Mejía, Garzón y Collazos, Guillermo Buitrago, Emilio Sierra, Diógenes Chaves, Milciades Garavito, fueron parte muy importante para la música sobre todo en el interior.

También y no menos importante, el gran maestro Lucho Bermúdez, un músico innovador con su estilo, trayendo aires diferentes a los géneros musicales que por décadas trabajó. Bermúdez fue el primer exponente que llegó a ser internacionalmente reconocido, llevando sus canciones a muchos países.

La cumbia, el porro, el fandango, fueron sus preferidos, logrando en ellos nuevos sonidos y adecuándolos a una orquesta big band, con instrumentos diferentes a los utilizados en esa época, acercando melódica y rítmicamente el folclor colombiano a los sonidos sinfónicos e internacionalizando su estilo, trayendo a la mesa instrumentos como la flauta traversa, el píccolo, la tuba, la trompeta, el saxofón y el clarinete.

Bermúdez fue el primer exponente que llegó a ser internacionalmente reconocido y gracias a la comunicación, a la televisión, a su talento llevó sus canciones a muchos países. En la época fue una gran controversia, novedoso, que dio inicio a una ola de músicos, orquestas y artistas nuevos.

Músicos, grupos, artistas como Pacho Galán, Matilde Díaz, José Barros, Los Graduados, Los Hispanos, Edmundo Arias, más adelante Rafael Escalona, Ana y Jaime, Totó la Momposina, Joe Arroyo, Diomedes Díaz y Carlos Vives. Y Vives es quien logra remodelar, trasformar el vallenato clásico con el rock, el pop, mezclando junto con su grupo musical, de la mano de productores, ese sonido basado en la caja, el acordeón y la guacharaca, y convirtiéndolo en un éxito mundial a través de los clásicos de la provincia, la tierra del olvido, el amor de mi tierra, déjame entrar.

Sobre el año 2.000 llegan nuevos artistas y nuevos grupos, con propuestas revolucionarias, diferentes, que no propiamente se quedaban en el vallenato clásico, o en géneros netos y puros, sino que fusionaron sonidos, comenzando un experimento que sirvió para crear un nuevo género colombiano.

En la revolución del 2.000 llegaron Bacilos, Cuarto Aparte, Maía, Mauricio y Palodeagua, Cabas, Fonseca, Fanny Lu, Adriana Lucia, Lucas Arnau, Jerau, Bonka, Wamba, Sanalejo, Sin ánimo de Lucro, Majua, Gusi y Beto, Kema, Santiago Parra, Julián, Dragón y Caballero, Pasabordo entre otros.

Esta generación se bautizó TROPIPOP, principalmente el nombre nació por sus ingredientes musicales, que contienen como base rítmica la champeta, el vallenato, la cumbia, el porro, los sonidos típicos de la costa caribe, el merengue, el son, con sonido del trópico, que se mezcló con líricas distintas, la balada pop, sonidos del interior del país, de herederos de una cultura distinta, culturas también en su mayoría bogotana, o de personas que han vivido en la capital del país.

El TROPIPOP es un género que proviene de la mezcla de muchas culturas colombianas y se desarrolló en la ciudad de Bogotá, gracias a los aportes musicales que, por épocas, se ha venido evolucionando con el pasar del tiempo.

El género TROPI-POP marcó no solo una tendencia a nivel nacional, si no es el sentimiento de toda una generación, que hasta en otros países se fue expandiendo poco a poco hasta así llegar a ser un fenómeno musical de la década del año 2.000 a 2010.

Esto revolucionó la música colombiana, que comenzó a tener un espacio distinto en la industria discográfica del mundo, las discográficas voltearon sus ojos al gran alboroto musical del momento, debiéndole gran parte al TROPIPOP, un gran golpe cultural que comenzó a vivirse a raíz de un despertar económico y social en el medio artístico colombiano.

Tropical del género musical de diversas variantes culturas de habla hispana, del mar caribe y región antillana, del trópico. El pop un género de raíz inglesa, occidental y americana con gran atractivo popular, de mercado joven, suave, dulce, sentido y bonito.

El Tropipop es un género nuevo que tiene como base la champeta, el vallenato, la cumbia, el porro, los sonidos típicos de la costa caribe, el merengue, el son y se mezcla con líricas de balada, dándole enfoque siempre al amor, al corazón y a la nostalgia. Es un género romántico y cadencioso, que guarda el respeto en sus letras, lleva mensajes siempre positivos, con exponentes jóvenes, soñadores, influyentes, estudiados, sanos, sencillos, con don de gente buena, su público reconoce, halaga y admira.

El TROPIPOP es Colombia, Colombia también es TROPIPOP.

Por: Mauricio Rodríguez

Para ver todas las noticias de Bogotá visite www.conexioncapital.co. Encuéntrenos también en Facebook como Canal Capital.