La cifra de fallecidos en más de un mes de protestas contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se elevó el martes a 42, con la muerte de tres personas que habían sufrido heridas de bala en manifestaciones en diferentes partes del país.

La oposición acusa a Maduro de haberse convertido en un dictador que usa su influencia sobre las instituciones del Estado para mantenerse en el poder, mientras el mandatario alega que sus enemigos políticos están agitando las calles para derrocarlo.

Aunque la mayoría de las protestas se desarrollan pacíficamente, a menudo las concentraciones escalan en violencia, con disturbios, saqueos y choques entre las fuerzas de la seguridad y los manifestantes.

Diego Arellano, de 31 años, recibió un disparo en el tórax cuando se encontraba en una protesta en la ciudad San Antonio de los Altos, cerca de la capital, al mediodía del martes, informó en un comunicado la fiscalía, que también reportó que otras dos personas fallecieron durante refriegas.

Uno de ellos, Diego Hernández, de 33 años, fue herido de bala en el tórax en una manifestación en el estado Táchira, fronterizo con Colombia. El organismo acusó del hecho a un funcionario de la policía regional, quien está detenido.

Y en la madrugada del martes falleció un joven de 17 años, en el occidental estado Barinas, informó más temprano la Fiscalía, sin mencionar su nombre por ser menor de edad.

El adolescente resultó herido de bala en la cabeza "cuando repentinamente llegó un grupo de personas que efectuó varios disparos" durante una concentración en la noche del lunes.

"Lamentamos profundamente la muerte de venezolanos durante estos hechos y seguimos trabajando para hacer justicia en todos los casos", dijo la Fiscalía en su cuenta de Twitter.

A pesar de las bajas y los cientos de heridos y detenidos, la oposición ha dicho que no cesará las acciones en la calle y convocó a sus huestes a reunirse en una vigilia la noche del miércoles en las principales avenidas del país sudamericano.

El presidente asegura que no cederá ante la solicitud principal de la oposición, que con las últimas manifestaciones que se realizan casi a diario desde finales de marzo, demanda una salida electoral a la crisis política y económica que enfrenta el país petrolero.

El mandatario renovó el martes por séptima vez un decreto de estado de excepción y emergencia económica que desde hace un año, le permite gobernar por decreto y sin control del Parlamento, controlado por sus adversarios.

Los cancilleres miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) acordaron el lunes reunirse el 31 de mayo para examinar la crisis de Venezuela, que enfrenta una recesión económica desde hace tres años y que lidia con una escasez crónica de bienes básicos y medicamentos.

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