Imagen: REUTERS / Aaron Bernstein

El Gobierno del presidente Donald Trump ordenó el martes la expulsión de 15 diplomáticos de la embajada de Cuba en Washington, poco después de retirar a más de la mitad de su personal de representación en La Habana.

El secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo que la decisión obedeció al hecho de que Cuba "no tomó las medidas apropiadas" para proteger al personal estadounidense en la isla, que ha sido blanco de misteriosos "ataques" que han dañado su salud.

Las medidas del Gobierno de Trump marcan un nuevo golpe a la política de acercamiento emprendida por su predecesor, el demócrata Barack Obama. Cuba y Estados Unidos restablecieron sus relaciones diplomáticas formales en julio de 2015 después de más de cinco décadas de hostilidad.

Un funcionario del Departamento de Estado dijo que el número de expulsiones busca asegurar que las embajadas de Estados Unidos y Cuba tengan "niveles equitativos de personal" mientras las investigaciones continúan.

La decisión de Estados Unidos de sacar a una gran parte del personal cubano en Washington fue comunicada previamente el martes al embajador de la isla, José Ramón Cabañas. Los diplomáticos recibieron un plazo de siete días para abandonar el país, dijo el funcionario, que requirió anonimato.

La medida sigue al anuncio del viernes cuando Washington comunicó que recortaría drásticamente su presencia diplomática en Cuba y advirtió a los ciudadanos de su país que no visiten la isla por los incidentes, que han causado pérdida de audición, mareos y fatiga a su equipo en la embajada de La Habana.

Ese día, Tillerson dijo en un comunicado que la embajada estadounidense sería reducida a personal de emergencia pero que Washington mantenía las relaciones diplomáticas con Cuba.

La cifra de estadounidenses que sufren síntomas se incrementó a 22, uno más que los reportados con anterioridad, dijo el funcionario del Departamento de Estado.

Sin embargo, el funcionario sostuvo que a pesar de las medidas estadounidenses, Washington no estaba culpando al gobierno comunista de Cuba.

PRESIÓN DE LEGISLADORES

Varios legisladores republicanos cubano-estadounidenses, entre ellos, el senador Marco Rubio y la representante Ileana Ros-Lehtinen, han instado a que los diplomáticos cubanos sean expulsados en represalia por el fracaso del gobierno de la isla en investigar los incidentes.

"Felicito al Departamento de Estado por la expulsión de diplomáticos cubanos en Estados Unidos", dijo en un comunicado Rubio.

Pero Geoff Thale, un analista que lidera un grupo de derechos humanos en Washington, dijo que "Estados Unidos está utilizando la confusión y la incertidumbre en torno a estos eventos como justificación para dar un paso hacia atrás en las relaciones con Cuba".

Cuba, Estados Unidos y Canadá están investigando los hechos, pero los procedimientos no han dado resultados concretos.

Scott Hamilton, principal diplomático de Estados Unidos en La Habana, dijo en un mensaje publicado en Facebook que también abandona la isla. "Soy optimista y espero que regresemos algún día", escribió. "Hasta la próxima Cuba".

En La Habana, la decepción era visible en los rostros de los cubanos. "Volvemos quizás a la década de los años 60. Las amenazas y tensiones siguen. No habrá nunca paz entre Cuba y Estados Unidos, es una pena, tan cerca pero muy lejos", dijo María E. Fernández, una oficinista de 45 años.

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