Aunque el presidente estadounidense retuvo el Senado, deberá convivir con una oposición revitalizada en el Congreso, que probablemente buscará frenar algunas de las iniciativas más controvertidas de la Casa Blanca.

Un mensaje mixto dejaron este martes los votantes estadounidenses, en una elección que se planteó como un virtual plebiscito sobre la presidencia de Donald Trump, dos años después de su sorpresivo ascenso al poder con una agenda ultraconservadora y una polémica retórica en contra de la inmigración.

Según las proyecciones hechas por los medios locales luego de la medianoche, con un recuento avanzado de los votos en todos los estados, el Partido Republicano de Trump reforzó su control del Senado estadounidense pero perdió la mayoría en la Cámara de Representantes, que a partir de enero pasará a manos de la oposición demócrata.

La congresista demócrata Nancy Pelosi, que con la renovación legislativa recuperará la presidencia de la Cámara de Representantes, la cual perdió ocho años atrás, se mostró exultante anoche y anunció que el avance demócrata en el Congreso servirá para recuperar “los valores constitucionales” de Estados Unidos.

El presidente, que hizo girar la elección en torno a su figura e hizo campaña hasta último momento a favor de sus candidatos, aparecía en contraste como el gran derrotado de la jornada.

Solo 35 bancas del Senado estaban en juego, una tercera parte del total de 100, mientras que la Cámara baja, integrada por 435 representantes, se renovaba por completo. Los demócratas necesitaban sumar 23 escaños para lograr la mayoría y, según los resultados parciales, parecían bien encaminados a superar holgadamente ese número.

Las últimas encuestas antes de la elección habían anticipado correctamente el resultado, que representa un duro revés para el presidente Trump pese a que retuvo el Senado, ya que deberá convivir de ahora en adelante con una oposición revitalizada en el Congreso, que probablemente buscará frenar algunas de las iniciativas más controvertidas de la Casa Blanca y querrá imponer sus propios proyectos de ley.

La oposición demócrata en el Congreso contará además con herramientas más eficaces para investigar los escándalos en que se vio envuelto el mandatario antes y después de llegar a la Casa Blanca, entre ellos la presunta injerencia rusa en las últimas elecciones presidenciales para beneficiarlo.

Sin embargo, en un mensaje enviado a través de su cuenta en Twitter, el mandatario norteamericano celebró el resultado electoral como un “tremendo éxito”, pese al revés sufrido por su partido en la Cámara de Representantes, lo que probablemente marcará un punto de inflexión en la presidencia de Trump.

Sin el control total del Congreso, el presidente no podrá avanzar sin oposición con su programa de gobierno aislacionista, marcado por las disputas comerciales, el endurecimiento de las políticas inmigratorias y la ruptura unilateral de acuerdos internacionales cruciales y de larga data.

La elección también vio la reafirmación de algunas figuras en ascenso, como el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, y el candidato demócrata Beto O´Rourke, de Texas, que aunque no logró derrotar al republicano Ted Cruz, de creciente peso en su partido, hizo una elección llamativamente buena, que lo posiciona como una interesante promesa del Partido Demócrata.

Andrew Gillum, de Florida, finalmente no logró por muy escaso margen hacer historia al convertirse en el primer gobernador negro del estado. Y otro tanto ocurrió con Stacey Abrams, en Georgia, que quería ser la primera gobernadora de color en Estados Unidos y no lo logró.

Y en cuanto a primeras veces, Jared Polis se convirtió en el primer gobernador abiertamemente gay, al imponerse en Colorado. Del mismo modo, Rachida Tlaib, de Detroit, e Ilhan Omar, nacida en Somalia, serán las primeras representantes musulmanas en el Congreso norteamericano.

Deb Haaland, de New Mexico, será a su vez la primera indígena estadounidense en acceder al Capitolio, y Debbie Murcasel Powell, nacida en Ecuador, será la única sudamericana con una banca en el Congreso de EEUU.

En Nueva York otra mujer marcó un hito electoral: Alexandria Ocasio Cortez, una latina de 29 años, se convirtió en la legisladora electa más joven en la historia del país.

Las mujeres en conjunto lograron asegurarse una presencia mucho mayor en ambas cámaras del Congreso de Estados Unidos. Ese, en el año en que el movimiento #MeeToo cobró notoriedad global, quizá sea uno de los resultados más resonantes de la elección de este martes.

Vía Anadolu

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