El ajo, el jengibre, el limón, el romero y la sábila, son algunos de los componentes que la naturaleza le ofrece a la medicina ancestral que Martha Rentería, una de esas sabedoras oriunda de la región del Valle, y defensora de las comunidades, practica hoy, a través de plataformas digitales con sus pacientes.
"El trabajo de la medicina ancestral es lento pero sana, no es un paliativo como una pasta", asegura Martha.
La historia de esta matrona de la medicina ancestral, que a raíz del confinamiento por la pandemia del COVID-19 tuvo que aprender a usar las herramientas tecnológicas para continuar ayudando a sus pacientes.
"Yo no sabía que existía el Zoom, yo no sabía que existía el Face Live, yo no sabía que existían un poco de cosas", pero hablando de hierbas, plantas y sus beneficios, ella es la maestra.
Aquí el informe completo:
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