Las extremas variaciones del clima que se presentan en Bogotá por el inicio de la temporada invernal, pueden propiciar la transmisión de infecciones y enfermedades respiratorias en los habitantes de la ciudad.
De acuerdo con el reporte de circulación viral en la ciudad, desde el 24 de febrero hasta el 30 de marzo de 2019 no se detectó la presencia de H1N1. Como medida preventiva, la Secretaría Distrital de Salud, recomienda no enviar los niños que tienen gripa a jardines o colegios.
Durante este año, por causa de infecciones respiratorias se han realizado más de 404.000 consultas médicas en Bogotá, 9,8 por ciento más que en el mismo periodo del año anterior. Históricamente, el pico epidemiológico en la ciudad se extiende entre abril y junio por causa del fenómeno climático.
Las personas más vulnerables a las infecciones respiratorias son los menores de cinco años y los adultos mayores de 60. En el caso de los bebés, son los menores de un año, en especial aquellos con antecedentes de prematurez, bajo peso al nacer, oxígeno permanente o desnutrición.
Los principales síntomas de una infección respiratoria son fiebre, malestar general, congestión, secreción nasal, tos, dolor de garganta, expectoración y dificultad para respirar.
Recomendaciones básicas para evitar estas infecciones respiratorias:
Cuidados especiales para los menores de 5 años:
• Bañarlos en lugares cerrados, sin corrientes de aire.
• Aumentar el consumo de líquidos y alimentos con mayor frecuencia.
• Vigilar la temperatura corporal.
• Evitar enviarlos al jardín o al colegio cuando tienen gripa.
• Evitar el uso de vaporizaciones con hierbas o esencias; pueden generar mayor congestión nasal, tos o dificultades para respirar.
• Evitar el uso de calentadores. Los cambios bruscos de temperatura pueden empeorar las condiciones de salud.
• Cubrir boca y nariz en caso de salir en la noche.
Consulte inmediatamente al médico si un menor de 5 años presenta:
• Decaimiento a pesar de no tener fiebre. Permanece somnoliento o irritable.
• Respira rápidamente, le “silba el pecho” o se le hunden las costillas.
• Tiene fiebre persistente durante más de tres días o es difícil de controlar.
• No come nada o vomita todo.
• Tiene ataques o convulsiones.
• Tiene tos persistente, que le provoca vómito o que se ponga rojo.
• Hay cambios de coloración en los labios y la piel.
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